29 de junio de 2009

Lección 40

CÓMO SOBREVIVIR A UNA BAJA


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Una vez superada la enfermedad, hay que conseguir sobrevivir a la vuelta al trabajo.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Baja. (De Bajar: irse pabajo) 1.Permiso retribuido que se otorga a un trabajador por un período de tiempo en casos de enfermedad, accidente, etc. 2.Periodo que dura ese permiso. 3.Funcionaria teñida con muy mala uva.

Suele ocurrir que, en raras ocasiones, la salud del funcionario se resiente y necesita de tratamiento médico y reposo para su curación. En estos momentos, el funcionario se percata de que no es un ser perfecto. Le afectan las bacterias y las tendinitis como al resto de la Humanidad.

Pero, ¿por y para qué? Sencillamente, es un mensaje de la Madre Naturaleza para que comprendamos que no estamos por encima del resto de los humanos. Como el alumno atento habrá podido constatar, la semana pasada no hubo lección. Una repentina y perniciosa enfermedad se cebó con el que escribe. En medio del caos que esto supone en una vida ordenada como la del funcionario, preguntas amenazantes rondaron su cabeza a 39 grados centígrados. Heidegger y Nietzsche se manifestaron en medio de una pesadilla. Preguntas sobre la vida y sobre el Más Allá (léase "la jubilación") atormentaron a este hombre en la flor de la vida. ¿Qué es la vida? ¿Qué es la carrera profesional? ¿Qué es la enfermedad? ¿Qué hay después de una baja?

Sobrevivir a la vuelta de una baja es más complicado que superar una enfermedad. Entre otras cosas, por culpa de compañeros y jefes. Analicémos estos factores externos, por llamarlos de alguna manera.

Cómo sobrevivir a los comentarios de los compañeros

1) Comentario: 'Qué buena semanita te has tirado en casa, cabrón'. Respuesta superviviente: Además de verdad, como aquel mes que te tiraste en la playa diciendo que tenías gripe post-primaveral.

2) Comentario: 'No veas qué semanita aquí sin ti: hemos tenido que poner al día todos tus papeles'. Respuesta superviviente: No lo creo: tenía todo al día cuando me fui. Por cierto, cuando te vayas de vacaciones, querrás que haga lo mismo por ti, ¿no?

3) Comentario: '¿Cómo estás? ¿Estás repuesto del todo? ¿No nos contagiarás algo?'. Respuesta superviviente: El médico dijo que pasada la primera semana no había riesgo de contagio (esto es importante porque, si no, te quedas sin compañeros para tomar café).

Cómo sobrevivir a los comentarios del jefe

1) Comentario: 'Qué buena semanita se ha tirado en casa, Edu'. Respuesta superviviente: No crea, que entre la fiebre y los dolores apenas me he podido mover de la cama. Ni siquiera he visto el fútbol. ¿Cómo quedó el partido...?

2) Comentario: 'Ha sido una semana terrible sin usted aquí: se ha acumulado el trabajo'. Respuesta superviviente: No lo entiendo: tenía todo al día cuando me fui. Además, hay compañeros que antes llevaban mi sección y están capacitados para ello (respuesta interesante por si en otra baja puedes volver y encontrártelo todo al día).

3) Comentario: '¿Cómo está, Edu? ¿Está repuesto del todo? ¿No me gustaría tener una epidemia en el negociado?'. Respuesta superviviente: He vuelto en cuanto he tenido un poco de fuerza para levantarme de la cama, pero no hay de qué preocuparse: el médico dijo que pasada la primera semana no había riesgo de contagio (esto es importante porque, si alguien se pone malo a continuación, no será culpa tuya).

Resumiendo, que es más difícil convencer a los compañeros de que has estado realmente malo que al tribunal médico.


NOTA IMPORTANTE: la semana que viene llega julio. Muchos de vosotros, abnegados alumnos, estaréis de vacaciones. Pronto lo estaré yo. De manera que creo que es justo y necesario postponer las clases hasta la primera semana de septiembre, para no haceros estudiar en verano, sobre todo. Nos leemos entonces.

15 de junio de 2009

Lección 39

CÓMO SOBREVIVIR AL TRABAJO PROPIAMENTE DICHO


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que el trabajo no se convierta en un trabajo sino en un placer es una meta de todos los trabajadores del mundo, pero en la Administración, además, debemos conseguir que no se nos crucifique por trabajar.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Trabajo. (El termino no existe en español y viene del latín Tripallare, que significa "tres palos", palos a los que ataban a los esclavos para azotarlos, según estudios que demuestran que la palabra nació ya con la connotación de sufrir) 1.Ocupación retribuida. 2.Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital. 3.Palos que te dan cuando curras o cuando no.

Suele ocurrir que, educados en el sistema en que hemos sido educados, tenemos el convencimiento de que trabajar es bueno. Lo es, que no se engañe nadie, pero depende de dónde.

Existe una Ley Universal del Trabajo, llamada Primera Ley Universal del Trabajo, que dice que cuanto más trabajes, más trabajo te darán. Esto lleva a reflexiones muy interesantes porque implica una proporción matemática indeseada: si haces bien un trabajo, siempre te lo encomendarán a ti o, dicho de otro modo, si eres el único que hace bien las cosas, te irán encomendando el trabajo de los demás hasta que seas el único que trabaja en todo el negociado. ¿Cómo luchar contra esta Ley que es una fuerza de la naturaleza? Hay que hacer las cosas bien pero sin destacar. Esto no es fácil pero tampoco imposible.

La Segunda Ley Universal dice que si trabajas, nunca ascenderás, advertencia muy cargada de razón porque, si hay un sólo individuo en todo el departamento que hace bien el trabajo, si todas las tareas se las dan a él porque ninguno más da la talla, ¿a quién ascenderán a jefe de departamento/negociado/equipo? ¿Al que trabaja? No. Por supuesto que no. Si ascienden al que trabaja, ¿quién trabajará entonces? Esta es una de las principales razones que justifican por qué nuestros inútiles jefes han llegado hasta donde han llegado. La solución es la misma: trabajar pero sin destacar. Hacer algo mal alguna que otra vez podría granjearnos el derecho a un futuro e hipotético ascenso.

La última Ley Universal del Trabajo dice que el único responsable de los errores en el trabajo es el que se encarga del trabajo o, en otras palabras, los jefes sólo pueden echar la culpa de los errores a los que trabajan y, como todo el trabajo va pasando a los que trabajar mejor, los vagos/ociosos/torpes que no cumplen las expectativas ni los objetivos nunca se llevan (paradójicamente) ninguna broma/pelotera/filípica a causa de lo que "hacen".

Bien, hay que ser imperfectos en el trabajo. Pero ¿por y para qué? La sobrecarga de trabajo, especialmente si es debido a nuestra eficiencia y a que nuestro jefe desvíe la actividad de los demás hacia nuestra mesa, hace que nuestras horas de trabajo se multipliquen mientras a los inútiles de las mesas de al lado les queda cada vez más tiempo para sus pogüerpoins, para llamar a sus amistades o para tomar más cafés de la cuenta. El resultado sería una larga fila de funcionarios ociosos y alegres frente a un único funcionario
(tú) trabajador y deprimido. No hay duda de que hay que lugar contra esto, pero ¿no hay más armas que ser imperfecto?

Sí las hay. Señoras y señores, trabajamos para la Administración, somos el brazo administratrivo y ejecutivo de un amplio organismo político, usemos la política, imitemos a los grandes hombres a quienes vemos cada día en las noticias, hagamos demagogia en nuestro trabajo. ¿Cómo? Al revés. Hay que hacer campaña a favor de nuestros adversarios, hablar bien a nuestros jefes de los compañeros que no lo valen, hacerles ver que pueden hacer su trabajo para que no nos lo pasen a nosotros, hay que hacer oposición a la inversa, fingir que no somos los adecuados, que no nos voten, que ya saldremos adelante cuando nos den un ascenso. ¡Entonces sí que nos encargaremos de que trabajen los que valen!

8 de junio de 2009

Lección 38

CÓMO SOBREVIVIR SIENDO NOVATO (II)


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Profundizar en los conceptos desarrollados en la lección anterior. El funcionario no nace: se hace. La experiencia es un grado pero surge de un acto voluntario y traumático: la toma de posesión. A partir de ahí, todo el camino es hacia arriba.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Empanado. (Del muy castellano Empanar: meter algo entre panes para zamparlo) 1.Masa de pan rellena de carne, pescado, verdura, etc., cocida en el horno. 2.Dícese del confuso mental y/o socialmente. 3.Novato que no ha recibido aún el don de la luz.

Suele ocurrir que, aparte de la falta de experiencia en el manejo de los documentos y las herramientas de la Administración, el funcionario recién llegado adolece también de una falta de experiencia laboral que se podría definir como empanada mental. Esto, que en otros ámbitos de la vida presupone un amuermamiento de los sentidos, implica en el funcionariado un riesgo al implicar ignorancias que se podrían malinterpretar como desacato, desidia o dejación de funciones.

Como explicábamos la semana pasada, en los primeros días de convivencia con la flamante plaza, el funcionario novato puede encontrarse con escollos que, cuanto más humanos, más peligrosos., que le hagan meter la pata. La Administración es una corte medieval en pleno siglo XXI. En ella, las jerarquías y los protocolos son más férreos que en tiempos del Cid Campeador. Examinemos los posibles escollos que podremos encontrarnos en nuestro bautizo de relaciones socio-laborales:

Ejemplo de escollo nº 1: ¿quién es el pringado aquí? Suele ocurrir que, entre los personajes que encontraremos en cualquier ministerio o ayuntamiento, hay siempre un pringado con título oficial. Es importante identificarlo porque es justo la persona con la que no debemos relacionarnos. Si frecuentamos al pringado, algún día heredaremos su puesto. ¿Cómo identificarlo, pues? No viste peor que nadie (como los frikies o los nerds de las películas) ni tiene granos en la cara. Es un individuo camaleónico y acostumbrado a pasar desapercibido, a pesar de lo cual siempre está ahí cuando hay que buscar un cabeza de turco, es el que paga el pato en todos los errores, es el que no está invitado a ninguna comida y sólo le hablan las mujeres (menos atractivas) de la empresa. Creo que bastarán estas pistas para calarlo. Ojo: la palabra es "esquivar".

Ejemplo de escollo nº 2: ¿quién es el jefe aquí? Suele ocurrir que en la Administración muchos puestos directivos son de libre designación, esto significa que no hay que tener un doctorado para ser director gerente o subdirector provincial, y el novato puede encontrarse con que el tipo más cazurro de la máquina de café es El Jefe Supremo. ¿Cómo reconocerlo? Usemos la deducción: el Jefe Supremo (casi) siempre lleva corbata, el Jefe Supremo nunca paga el café, el Jefe supremo entra y todo el mundo se calla o cambia de conversación, el Jefe Supremo siempre está de buen humor cuando no está en su despacho... Si con estas pistas el funcionario novato no consigue reconocer al enemigo superior puede estar seguro de que estatus de novato durará mucho más que su periodo de prueba.

Ejemplo de escollo nº 3: ¿quién es el pelota aquí? Suele ocurrir que, junto a un cargo directivo, siempre hay un pelota, un subordinado tanto o más abajo que tú en el escalafón, que siempre está junto al Jefe Supremo. Este individuo vive realmente el estatus de jefecillo sólo por acudir a las reuniones a las que le llama el Jefe Supremo y goza también del privilegio del respeto (obligado) de los demás, ya que es importante no criticar en su presencia al Jefe Supremo, por lo que debemos identificarlo cuanto antes mejor.

Ejemplo de escollo nº 4: ¿quién es la putilla aquí? Suele ocurrir que, entre los personajes que dan color a cada organismo oficial, existe siempre una funcionaria, secretaria o jefa, cuya fama de casquivana o facilona traspasa la frontera de las conversaciones maliciosas y se afianza como hecho datable y constatable. Este personaje se puede identificar por su capacidad para rozar a todas las personas de distinto sexo presentes en una misma conversación, por llevar ropa excesivamente ceñida (si supera los 40) o llegar o salir del trabajo cada día acompañada de un tío distinto. Ojo: es importante identificarla plenamente, no vaya a ser que La Putilla sea la misma persona que El Pelota o El Jefe Supremo, con los consiguientes riesgos.

Como siempre, dejamos la puerta abierta porque existen muchos más tipos peligrosos alrededor de nuestras mesas pero ¿no es esto acaso una aventura?

1 de junio de 2009

Lección 37

CÓMO SOBREVIVIR SIENDO NOVATO (I)


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Orientar a los nuevos funcionarios para que el pago del impuesto de novatadas no rebase el bruto de la nómina del primer mes. Esto, que puede parecer una metáfora, es una cruda realidad en la mayoría de los casos.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Novato. (Del latín Novus: no hay bus ni sitio donde aparcar el coche) 1.Recién hecho o fabricado. 2.Recién incorporado a un lugar o a un grupo. 3.Principiante en una profesión o en alguna actividad. 4.Flamante ciudadano que se convierte por obra y gracia de una oposición en funcionario y ex-usuario.

Suele ocurrir que, al contrario de lo que la gente piensa, los funcionarios no son inmortales ni eternos como su plaza. Hay momentos en que la jubilación de unos, la ampliación del organigrama o las oposiciones, cambian o amplían los rostros que vemos cada mañana en nuestras oficinas. Esto, que para los ya presentes puede revertir en un reparto equitativo de tareas atrasadas, para los recién llegados puede ser más duro que la antigua mili.

En los primeros días de convivencia con la flamante plaza, el funcionario novato puede encontrarse con muchos escollos que tendrá que superar si no quiere comenzar su carrera profesional con una baja por depresión. Algunos de los más duros son los siguientes:

Escollo 1: el papeleo atrasado. Suele ocurrir que, cuando se oye que va a llegar nuevo personal, el trabajo comienza a acumularse con la esperanza de que "el nuevo" lo saque adelante. No hay que oponerse (uno no puede oponerse a nada hasta que alcanza el estatus de veterano) pero tampoco hay que romperse la espalda trabajando. Los ordenadores tienen una velocidad standard y los de la Administración más.

Escollo 2: el interés ajeno. Suele ocurrir que, cuando se oye que va a llegar nuevo personal, el personal (ya establecido) comienza a sentir interés por lo que ha de venir (dicho de otro modo, el porvenir) y así los hombres de la oficina esperan día a día que se presente "la nueva" para echarle un ojo, tomarle las medidas y, si consigue el placet de los varones del lugar, pelearse por conseguirle un puesto acorde con sus cualidades y, si es posible, cerca de uno. Del mismo modo, el personal femenino esperan día a día que llegue algún "nuevo" para tener alguien a quien dejar al frente de la ventanilla cuando ellas se reúnen a hablar de "sus cosas". No hay que enfrentarse a estas manifestaciones de discriminación por razón de sexo porque, al final, nunca hay sexo de por medio y bien es sabido que, en cuanto uno supera el estatus de novato, se pasa al bando de los veteranos.

Escollo 3: el derecho a la formación. Suele ocurrir que, cuando uno llega de novat a un trabajo, no tiene ni idea de cómo funciona. Los libros de las oposiciones jamás explican dónde va un sello o a quien se dirige una nota interior concreta. Son cosas que se aprenden con la experiencia. Para ello, todos los trabajadores tienen el derecho a la formación que obliga a los compañeros (en el caso de las novatas) y a los jefes (en el caso de los compañeros que pasan de todo) a enseñarnos de qué va esto. No hay que tener impaciencia por aprenderlo todo. Se aprende con la experiencia y, además, más sabiduría es igual a más carga de responsabilidades. Ojo.

Me consta que el complejo trabajo del funcionario encierra más trampas a los que osan penetrar en el templo maldito del organismo oficial, pero hay que recordar siempre que con paciencia, una sonrisa y dinero para invitar un café uno se integra fácilmente y con resultados duraderos. Tomad nota. Creo que es un buen consejo.

25 de mayo de 2009

Lección 36

CÓMO SOBREVIVIR A LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA LABORAL


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Sobrevivir en el hábitat laboral cuando los ruidos circundantes adquieren la calificación de contaminación acústica.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Ruido (Del latín Rugitus: rugido, que puede ser animal o del jefe). 1.Sonido inarticulado, por lo general desagradable. 2.Distorsión acústica generada por una máquina en mal funcionamiento o, simplemente, en funcionamiento cuando es tu obligación hacerla funcionar. 3.Música que no encaja en la radiofórmula, por ejemplo: jazz. 4.Algarabía o alboroto en los que no estás metido.

Suele ocurrir que, aunque las oficinas y departamentos de los organismos oficiales forman parte de lo que llamamos tranquilamente "civilización", se oyen a menudo más ruidos que en la mejor selva de Tarzán. Ululuar de móviles, rugidos de compañeros somnolientos, piar de cotorras que no pertenecen al orden de las aves o gruñidos de jefes descontentos o compañeras insatisfechas son algunos de los elementos que convierten en una jungla lo que debería ser un apacible centro de trabajo.

Pongamos algunos ejemplos que, por su grado de molestia, interfieren nuestro deber de concentración o, lo que es peor, la tranquila lectura/visualización del mejor pogüerpoin:

Ejemplo 1: la impresora que se atasca y "rasca" la bandeja al intentar coger un nuevo papel. Nivel de molestia: 7. Tolerancia del organismo humano: 3 años.

Ejemplo 2: la compañera a la que le han permitido tener una pequeña radio sobre su mesa (porque aún ignora la comercialización global de iPods) y es adicta a Canal Fiesta Radio. Nivel de molestia: 9. Tolerancia del organismo humano: 2 meses.

Ejemplo 3: el compañero que lee los correos electrónicos con el altavoz conectado y nos hace partícipes del sonido de los vídeos, pogüerpoins con música easy-listening o podcasts subiditos de tono que le envían los amigotes a él. Nivel de molestia: 8. Tolerancia del organismo humano: 2 correos.

Ejemplo 4: la compañera que se sienta dos mesas más allá y mastica chicle de manera audible desde dos mesas más acá. Más terrible cuando se le escucha chupar caramelos. Nivel de molestia: 10 sobre 10. Tolerancia del organismo humano: 1 minuto y ve corriendo al baño a vomitar.

Pero, ¿para qué emite sonidos el espécimen funcionario? Nadie lo sabe. De acuerdo que el normal funcionamiento de las máquinas electrónicas o de los cuerpos más o menos humanos consume energía y libera fluidos, calor y ruido en su normal funcionamiento, pero existen modos de disimularlo, especialmente con el Técnico de Medio Ambiente persiguiendo constante y empecinadamente cuanto se pueda calificar de contaminación.

Comoquiera que resulta violento decirle a la cara a un compañero que hace ruido al hacer uso de las funciones vitales (y, por tanto, generalmente necesarias) de su organismo (no gubernamental sino humano) y, habitualmente, este tipo de comentarios provoca enfrentamientos y otras cosas peores, sólo podremos enfrentarnos a los ruidos mecánicos y electrónicos. Para ello, hay que perseguir con ahínco y paciencia al personal de mantenimiento. Pero ¿y en el caso de los ruidos orgánicos?

En el caso de los ruidos orgánicos (no de ley sino de órganos), sólo nos queda echar mano del Manual de los casos perdidos: mentalizarnos con el "natural" discurrir de los ruidos durante la mañana, llevarnos al trabajo algún tipo de insonorización personalizada como unos cascos aislantes, defendernos pasando el menor tiempo posible en el despacho (técnica muy popular pero extremadamente arriesgada para nuestra nómina) generar nosotros mismos nuestros propios ruidos del tipo de radios portátiles, carraspeos que repliquen a otros ruidos, toses, risotadas que apaguen la ilusión de nuestros compañeros por sus emails cachondos, etcétera.

En cualquiera de los casos, no hay que soportar más de lo soportable, sobre todo porque algún día nuestro jefe nos señalará con el dedo y nos preguntará ¿No eres tú Edu, el de aquel despacho tan ruidoso? y parecerá que somos nosotros los verdaderamente culpables.

18 de mayo de 2009

Lección 35

CÓMO SOBREVIVIR AL TELÉFONO


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que ese gran invento del siglo XX denominado teléfono no acabe con nuestro trabajo y con nuestra paciencia.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Teléfono. (Del griego Tele: porque ya tiene pantallita, y del también griego pero de un pueblo Phonos: no sé por qué) 1.Conjunto de aparatos e hilos conductores con los cuales se transmite a distancia la palabra y toda clase de sonidos por la acción de la electricidad. 2.Aparato del diablo que sirve para que tu jefe conecte contigo cuando habías pensado salir a tomar un café. 3.Aparato del diablo que sirve para conectar la mente de tu mujer con la tuya justo cuando estás viendo un pogüerpoin guarro. 4.Aparato entre aparatos donde todo es posible, incluso la comunicación.

Suele ocurrir que muchas gestiones o cuestiones de nuestro trabajo son factibles vía telefónica en lugar de físicamente (como desearían algunos con algunas o algunas con algunos) por lo que tradicionalmente cada funcionario tiene sobre su mesa un artefacto de comunicación llamado teléfono.

Pero, ¿por y para qué? Preguntar si están firmados unos informes sin bajar cuatro plantas, determinar si un departamento es el adecuado o no para llevar determinados expedientes o averiguar si el jefe se ha ido ya a su casa son cuestiones fundamentales que se pueden dilucidar de manera instantánea a través del teléfono, lo cual incide, indefectiblemente, en la economía de tiempo y recursos que requiere la particular naturaleza de nuestros puestos de trabajo. Esto siempre redunda en La Perfección del Funcionario.

Sin embargo, no son pocas las veces en que esta invención se torna maligna y su utilidad se vuelve en nuestra contra.

EJEMPLO 1:
El compañero invisible (y maleducado)
Suena el teléfono. ¿Diga? Al otro lado suena una voz: ¿Quién es? La pregunta molesta. Si has llamado tú, dime quién eres tú. ¿Quién eres? Yo soy yo, estoy aquí, me ha sonado el teléfono y lo he cogido porque es MÍO. Ya, pero ¿quién eres? Joder, deberías saberlo: has llamado tú.

Problema: la cosa puede seguir así eternamente y, como no puedes ver ni tocar (con o sin violencia) al otro, al final tendrás que dar tu brazo a torcer.

Solución:
Colgar al primer ¿Quién es? o contestar en plan americano: "Edu, departamento de Ayudas y Otras Cosas, dígameeeee".


EJEMPLO 2:
El usuario indeciso
Suena el teléfono. ¿Diga? Al otro lado suena una voz (¿qué otra cosa si no?): ¿Es el Departamento de Ayudas y Otras Cosas? Sí, ha acertado a la primera. No sé si es ahí a donde debo llamar. Yo quería hacer tal gestión. Entonces, tiene que llamar a Chapuzas y Subvenciones Sin Fondos. Ah, (el usuario duda) entonces... ¿ahí no pueden hacerme tal gestión? No, ¿por qué íbamos a hacerlo? Yo pensaba que sí. Pero... pero... si cuando llamó dijo que no sabía si este era el departamento al que se dirigía...

Problema: la cosa puede seguir así eternamente y, cuanto más neguemos nuestra competencia en tal gestión, más convencido estará el usuario de que ha acertado con el departamento que necesitaba.

Solución:
Un teléfono con desvío de llamada. Al segundo ¿Es ahí donde...? hay que pulsar el botón de desvío para pasar la llamada al desgraciado que realmente lleva esa sección. El usuario, en el fondo, no tiene la culpa.


EJEMPLO 3:
El jefe te quiere
Suena el teléfono. ¿Diga? Al otro lado suena una voz conocida, espeluznante: ¿Edu? La duda ofende. Es tu jefe. Puede que llame para echarte una bronca, para pedirte un "Ya estoy en ello" o para encargarte algo que sólo se puede hacer en la media hora de desayuno. Las rodillas te tiemblan, los pogüerpoins bailan en tu mente, el fin del mundo parece más cerca que nunca.

Problema: ya sabemos cómo acaba esta conversación sea lo que sea lo que quiere el jefe.

Solución:
Hay que valerse de la experiencia. Contestar con rapidez: ¿Diga? Tu jefe repetirá, como un loro: ¿Edu? No, Edu no soy. ¿Le paso con Edu? ¿Está ahí Edu? No, Edu no está. Debería estar. Claro, si Edu trabajara aquí. ¿Edu no trabaja ahí? Si Edu trabajara aquí yo lo conocería. Eso es imposible. No, por supuesto que no es imposible. Yo conozco a todo el mundo. Mi mujer dice que soy muy sociable, quizás demasiado sociable. ¿Yo dónde he llamado?, grita tu jefe, ya fuera de sí. Tú te aprovechas: ¿Cómo que adónde ha llamado? Usted sabrá. Es usted el que ha llamado. Pero ¿ése qué departamento es? Si no lo sabe, ¿para qué llama? Tengo que trabajar. Esta última frase, antes de colgar, es todo un puntazo.

Resumiendo, si estos ejemplos no nos ayudan a soportar el uso obligatorio del teléfono (el email es más sociable y siempre se puede contestar mañana) nos queda la opción de desconectar el odioso timbre del teléfono, aunque corremos el riesgo de no enterarnos de que nos llaman y que piensen que no descolgamos porque no estamos. Cualquier solución es arriesgada pero peor sería que el teléfono pudiera con nosotros.

11 de mayo de 2009

Lección 34

CÓMO SOBREVIVIR AL FAX QUE NO SALE


OBJETIVO DE LA LECCIÓN


Conseguir que tu jefe no te use de felpudo por culpa de un fax que no hay manera de enviar.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Facsímil (Del latín Facere lo simil: hacer lo mismo... que en la lección anterior) 1. Sistema que permite transmitir a distancia por la línea telefónica los desvaríos supuestamente importante de tus jefes. 2. Documento que come la máquina del mismo nombre. 3. Documento aún no enviado que suscita la ira del ente superior.


Suele ocurrir, como explicábamos en la lección anterior, que las ventajas que podría significar un elemento tecnológico tan eficiente como el fax se transmuta en adversidad cuando el tiempo es esencial en su uso.

Apuntaba un alumno la semana anterior el problema que surge cuando el fax que queremos enviar (en lugar de recibir) no sale. En este caso, a la bronca del jefe se une un sentimiento de culpa en parte justificable por el hecho de que son nuestras manitas las que están tecleando en el maldito aparato.

Diferenciemos dos problemas distintos:
  1. El fax (el aparato) se niega a enviar nuestro documento
  2. El fax (el documento) no llega al otro extremo del hilo telefónico
En el primer caso, lo más urgente es pedir ayuda técnica (personal de mantenimiento, empresa de faxes y fotocopiadoras) o moral (quejarse al compañero de la mesa de al lado que, aunque no entiende de ofimática, te entiende y te comprende) o religiosa (clamar al cielo: Dios, por qué a mí) o zen (recapacitar, introspectivamente, y admitir que somos el único gilipollas que se ha leído el manual del fax). En el caso de que hayamos sido Ese Único Gilipollas, también se puede dar el caso de que, cada vez que a un compañero/a le falle el aparato (el fax, claro) nos pida ayuda a nosotros. Esto estresa mogollón y, lo que es peor, que esto suceda más a menudo de lo que deseáramos.

En el segundo caso, es decir, cuando el documento no llega, lo primero que hay que hacer antes de que el jefe nos pregunte es llamar al Funcionario Que Hay Al Otro Lado (lo sé: suena como a Encuentros en la tercera fase) para confirmar la recepción. Otra cosa es que, una vez que el Fax Del Otro Lado haga su trabajo e imprima el papelito, alguien lo traspapele...

Como se puede ver, el fax es un aparato infernal. Nada puede contra él, es indomable, falla cuando le sale del chip, no odia por sistema (informático) y no hay más técnica de supervivencia que las sugeridas en la lección anterior o las más generales citadas anteriormente: concentración, meditación, medicinas alternativas, deporte, pogüerpoins, café...

Y, como expresamos la semana pasada, todos estos mecanismos de defensa son inútiles si el fax que tenemos la obligación de enviar es un documento personal de jefe. Dicho está.

4 de mayo de 2009

Lección 33

CÓMO SOBREVIVIR AL FAX QUE NO LLEGA


OBJETIVO DE LA LECCIÓN


Conseguir que no cuelguen tu cabeza de la entrada por culpa de un fax que no llega.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Fax (Del latín Telefax, telefacis: luz que viene por teléfono) 1. Sistema que permite transmitir a distancia por la línea telefónica escritos o gráficos. 2. Documento recibido por este medio. 3. Documento aún no recibido por este medio.


Suele ocurrir que el procedimiento administrativo permite recibir documentos con la prestancia y rapidez que la Administración requiere gracias a un invento electrónico llamado fax. Sin embargo, esta misma celeridad acelera el comportamiento compulsivo-superior de tu jefe, que espera (siempre) que llegue el fax antes de que lo hayan enviado. En estos casos, cuando antes solía decir "Me va a llegar un fax" ahora dice "Estoy esperando un fax, ¿me la llegado", esperando que ya esté; cuando antes avisaba "Cuando llegue un fax a mi nombre, traédmelo a mi despacho" ahora dice, directamente, "Tiene que haber llegado un fax para mí, ¿quién me lo trae?". De la misma manera, cuando tu jefe pide un fax que alguien le tiene que enviar, la culpa de que no llegue es siempre tuya o, al menos, pagas tú las prisas y los platos rotos.

Pero, ¿por qué a ti? Nadie lo sabe. Es una escena habitual en nuestra Administración que sin comerlo ni beberlo te veas implicado en el incumplimiento de unas obligaciones que no te corresponden a ti. Un ejemplo bien claro es que tu única responsabilidad en la recepción de un fax sea:

1) permanecer de pie (¡firmes!) junto al aparato mientras transcurre el tiempo necesario para que llegue,
2) descolgar el teléfono y/o pulsar el botón Inicio cuando el aparato no funcione en modo automático,
3) transportar de forma expedita o fulminante el documento recién imprimido hasta las santas manos de tu jefe,

¿Qué más se nos puede pedir?

Es evidente que nuestro jefe/director/director general/subdirector/subdirector general/jefe de negociado/jefe de sección/etcétera espere mucho más, algo así como clarividencia y omnipresencia. Por eso y para sobrevivir a las invectivas propias de este tipo de procedimiento infernal, recomendamos las siguientes precauciones:

a) llamar lo antes posible al otro implicado en el envío para comprobar que todo va bien al otro lado del hilo telefónico. Si esto falla o se desconoce la fuente:
b) hacer un cursillo avanzado de ofimática zen para dominar el mundo electrónico o, en su defecto:
c) hacer un cursillo de control de las emociones para estar preparado para todo o, en su defecto:
d) hacer un cursillo de asertividad para aprender a decir que no o, en su defecto, si no nos van los cursillos:
e) huir a la cafetería cuando escuchemos (indirectamente) que nuestro jefe (o alguien) espera la recepción de un fax o, si el funcionario es más atrevido e impulsivo:
f) coger el coche, un taxi o un metro (si no vives en Sevilla) hasta el otro organismo (si está en la misma ciudad) y enviar tú mismo el fax.

Todos estos mecanismos de defensa son inútiles si el fax que tenemos la obligación de recibir es un documento personal de jefe tal como un presupuesto de persianas para su chalet o una factura de un frigorífico de El Corte Inglés. En estos casos, lo mejor es hacerse católico practicante, arrodillarse junto al fax, encender una vela y rezar.

27 de abril de 2009

Lección 32

CÓMO SOBREVIVIR A LA JEFA


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir sobrevivir al trato humano y constante con tu jefe... cuando es una jefa.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Jefa (Del latín Je-je: Te hace reír por no hacerte llorar) 1.Superiora o cabeza de un cuerpo u oficio. 2.Mujer del jefe. 3.Para algunos brutos, su esposa. 4.La que sustituye a tu anterior jefe y no sabes cómo tratar.

Suele ocurrir (afortunadamente) que cada vez más puestos de dirección se ponen de igual manera en manos de hombres que de mujeres. Esto, que debería ser totalmente normal y habitual, supone a veces para el funcionario masculino y machote algunos impedimentos en el trato que pueden convertirse en verdaderos problemas laborales.

Pero ¿por qué? Como en lecciones anteriores, acudamos al proceso científico de la clasificación. En un organismo público hay funcionarios:

-Varones: Nacidos con pene. Tienen la facultad de enviarte emails cachondos (véase la lección anterior).
-Femeninos: Del antes llamado sexo débil. Tienen la facultad de hacerte callar cuando te ríes de un email.
-Seres amorfos y anodinos que pululan por los despachos: A veces, no sabes qué son. Caminan, teclean, desayunan, pero no se relacionan física o informáticamente con nadie.

Los funcionarios que hoy nos interesan son los del sexo femenino cuando están por encima de uno (dicho esto, suponemos que se entiende "en el escalafón administrativo") y tienen la capacidad para darte órdenes. Con estas compañeras superiores, no se puede:

  • Contar un chiste políticamente incorrecto (como harías con un jefe)
  • Compartir un email guarro (como harías con un jefe)
  • Comentar nuestros sueños sexuales con la compañera de al lado (como harías con un jefe)
  • Criticar a la mujer de uno (como harías con un jefe o con el taxista o el camarero...)
  • -Todo el resto de actividades que, a pesar de las políticas igualitarias, sólo podemos hacer con los congéneres del mismo género, generalmente.

Los mecanismos de supervivencia en el caso de tener a una jefa por jefe son sencillos:

Uno) Cuidar el lenguaje en aspectos sexistas y/o cachondos, usando términos como Me voy a tomar un café o una cafesa / ¿Viste anoche el partido o Mujeres Desesperadas / ¿Te has fijado en la chica de Información o en el Chico de Informática?... etcétera.

Dos) Hablarle de usted. Esto, que puede parecer decimonónico, aleja el fantasma de la confianza y no nos hace parecer "atrevidos". Es mejor evitar las confusiones.

Tres) Ponernos al día con temas de maquillaje, spa y jardinería, temas que siempre interesan a las mujeres. Si la jefa nos ve charlando con las compañeras pensará que estamos a su altura y no nos tratará como los animales primitivos que somos (y nos gusta ser).

Y nada, que por hoy hemos dado demasiadas listas, hay que memorizarlas y el puente está al caer. Nos vemos después.

20 de abril de 2009

Lección 31

CÓMO SOBREVIVIR A LAS RISAS


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que reír mientras se lee un correo electrónico no se convierta en motivo de despido y/o exclusión social en el despacho.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Risa (Del latín Roce: gustito que hace sonreír) 1.Movimiento de la boca y otras partes del rostro, que demuestra alegría. 2.Voz o sonido que acompaña a la risa. 3.Risa que acompaña a la risa y, si no se puede parar, se denomina carcajada.

Suele ocurrir (y el que no lo sepa es que debería cambiar de plaza) que llegan más correos electrónicos a nuestra bandeja de entrada de los que podemos leer en una sola jornada laboral. Por eso y sólo por eso, el funcionario eficaz seleccionará los que son relevantes o realmente importantes. Traducido, esto quiere decir que hay que desechar directamente los aburridos y leer los interesantes (cachondos, divertidos, curiosos, sorprendentes). ¿Cómo distinguirlos?

Acudamos al proceso científico de la clasificación:

-Emails cachondos: Incluyen tetas, supermodelos, actrices o enlaces a estos mismos temas.
-Emails divertidos: Incluyen chistes, paradojas y más chistes.
-Emails curiosos: Incluyen teorías de la conspiración, listas de productos cotidianos que realmente son mortales y otras leyendas urbanas.
-Emails cursis: Incluyen poemas y proverbios chinos. Suelen ir acompañados de preciosísimas fotos de paisajes idílicos y de la música que tocaron a medias Yanni y Enya el atardecer que compartieron sus más delicados momentos. (¿He dicho que estos emails son prescindibles? He añadido sólo este último tipo para que no perdáis el tiempo abriéndolos)

Todos estos distintos tipos de correos electrónicos pueden presentarse bien en forma de attachment (cosas pegadas al correo), pogüerpoins o como enlaces a páginas de contenido interesante. Con los attachment o archivos adjuntos hay que tener mucho cuidado porque al abrirlos pueden aparecer virus ¡que nos impedirían ver los contenidos! Sobre los pogüerpoins sólo voy a puntualizar que, a veces, no está bien visto (u oído) que lleven musiquita acompañando las imágenes. La música suele despertar la curiosidad de los compañeros de las mesas adyacentes e incluso del jefe... En cuanto a los enlaces, es prioritario tener algún amigo en Informática para evitar que nos corten el acceso a páginas que contengan determinadas palabras como "sexo" o "guarro", que es donde casi siempre está este material.

Lo pintado hasta aquí conforma parte de aquello que convierte una jornada de trabajo en un rato feliz. ¿Cuál es entonces el problema? El problema es que no a todo el mundo (los jefes, directores y responsables de grupo se incluyen en este no) aprecia el que uno esté de humor a esta hora de la mañana. Nos quieren tristes, serios y cumplidores.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Lo cierto es que ha habido antecedentes de despidos o, lo que es peor, de castración de equipos informáticos que se han basado en el simple hecho de que un trabajador reía. ¿Cómo superar la risa?

La risa es un reflejo natural que parte de nuestro cerebro y tiene la fuerza de tonificar músculos, aparato respiratorio y otros aparatos. Todo el mundo sabe que los reflejos no se pueden detener, pero el funcionario perfecto que queremos crear en este blog, ese Superfuncionario-terminator, conseguirá disimular su felicidad en el trabajo con estos simples ejercicios:

Uno) Repite este mantra: La felicidad está dentro de mí. La felicidad está dentro de mí. Puedes disfrutar de los amigos y de las risas sólo en tu cerebro. La risa no tiene que salir al mundo exterior para existir.

Dos) Antes de hacer click dos veces, aguanta la respiración. Después, lee el email rascándote la oreja izquierda. No dejes de hacer ninguna de las dos cosas hasta que termines. La risa permanecerá contenida hasta que te den el alta en urgencias.

Tres) Cierra los ojos y piensa que el correo que vas a abrir te lo ha enviado tu suegra. Una sombra volará sobre tu cabeza mientras lees e impedirá que te rías. Funciona.

Cuatro) Si ninguno de los anteriores subterfugios funciona y la risa está a punto de brotar felizmente de tu garganta, improvisa un comentario audaz. Ejemplo: Ja, ja, ja, ejem... Otra vez se han equivocado los de Personal y me han pagado el doble. Nadie se preocupará de las chicas que hay en tu pantalla.

Cinco) Si, aun así, te da la risa y piensas que te van a descubrir, apriétate un testículo con los dedos anular y pulgar de la mano izquierda (la derecha siempre debe estar en el ratón por si viene el jefe poder cerrar la ventana) y la risa será pasado. Esto no suele ser solución para las compañeras funcionarias, pero como las mujeres saben disimular tan bien.....

13 de abril de 2009

Lección 30

CÓMO SOBREVIVIR A LAS OPOSICIONES

OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir el sueño supremo de todo funcionario: conseguir en propiedad la plaza que ocupa como interino o, lo que es lo mismo, hacer lo bueno eterno.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Oposición (Del latín Opositio: éste es mi sitio) 1.Procedimiento selectivo consistente en una o más pruebas en que los aspirantes a un puesto de trabajo muestran su respectiva competencia, juzgada por un tribunal. 2.Tortura por escrito y a lápiz del número 2 en la que te juegas tu futuro y tus futuras hipotecas. 3.Pesadilla que atormenta a los interinos sin fe.

Suele ocurrir (y el usuario no siempre lo comprende) que no todo bicho viviente que se ve en un organismo público o detrás de una ventanilla es un funcionario con plaza en propiedad. Existen distintas clasificaciones de personal más o menos establecidas que dictaminan tanto la permanencia de un funcionario en su puesto como su actitud para el puesto:

a) fijo (que posee plaza en propiedad)
b) interino (que ocupa una plaza hasta que se le otorgue a la misma un propietario)
c) eventual (interno que sabe más o menos cuándo lo van a echar)
d) sustituto (el interino que cubre una baja o el alta de alguien en algún partido político que ha ganado las elecciones)

Sólo una de las clasificaciones asegura la estabilidad laboral y emocional del funcionario: la plaza fija. Por todo lo expuesto y a pesar de que la nómina le llegue fija a su cuenta bancaria todos los meses, al funcionario sólo le queda un camino hacia el futuro: las oposiciones.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Lo cierto es que (a pesar de las críticas de la ciudadanía) la carrera de funcionario no se consigue por las buenas: nadie te llama del paro para trabajar (como a un fontanero o a un conductor) sino que para conseguir el trabajo tienes que demostrar en una serie de pruebas escritas y selectivas tu capacidad para el puesto.

Es un trabajo duro y, a veces, frustrante. ¿Quién no ha aprobado el primer examen de una oposición, también el segundo... y se ha quedado a las puertas en el tercero? Mis recuerdos de opositor con veintipocos años (era un niño por aquel entonces) incluyen a un tipo calvo y alto que comentaba antes de un examen: "Yo llevo ya diez años presentándome a esta plaza". ¿Quién dijo que fuera fácil? La estadística argumenta que por cada plaza que sale a oposición se presentan entre 2.000 y 10.000 opositores. Esto, en cualquier otro trabajo, no ocurre. ¿Os imagináis 2.000 camareros haciendo cola para conseguir un trabajo en el Starbucks de la esquina?

¿Qué hacer, pues? En primer lugar, estudiar. Esto no es tarea fácil, especialmente si trabajas en otra cosa mientras tanto para no morirte de hambre o si eres un tío/tía de pelo en pecho que tiene familia (y se ocupa de ella). En segundo lugar, crear el hábito acudiendo a una academia, aunque hay academias cuyo único fin es mantener en sus recibos a los opositores ad eternum (en el fondo, es un negocio como otro cualquiera). Por último, y como arma infalible, buscarnos un enchufe en el tribunal o entre los informáticos que manejarán los exámenes o entre los poderes públicos (recuérdese el caso del jefe de personal que aprobó las oposiciones que él mismo había convocado).

Si esto no es suficiente, siempre nos quedará París. ¿Por qué? París bien vale una misa y, si no aprobamos, mejor vamos rezando porque nadie ocupe la plaza que ahora tenemos en interinidad. Amén.

30 de marzo de 2009

Lección 29

CÓMO SOBREVIVIR A LA ASTENIA PRIMAVERAL


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Sobrevivir a las siete horas de trabajo cuando comienza este calorcito de la primavera (que la sangre altera) y tomas conciencia de que aún quedan tres meses para que ten la opción de pillarte las vacaciones de verano.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Astenia (Del griego ἀσθένεια: guaguoquimmm... esto no hay quien lo lea). 1.Falta o decaimiento de fuerzas caracterizado por apatía, fatiga física o ausencia de iniciativa. 2.Cosita chunga que te entra a las once de la mañana al salir del bar de tomar un café y te da el calorcillo en la cara y se te quitan las ganas de volver al negociado a trabajar.

Primavera (Del latín prima vera: cómo se ponen las primas con el calorcito). 1. Estación templadita del año, que astronómicamente principia en el equinoccio del mismo nombre y termina en el solsticio de verano. 2.Época del año en que las mujeres comienzan a sacar menos ropa a la calle con el consiguiente jolgorio general. 3.Etapa del año que anuncia ya el verano.

Suele ocurrir que después del invierno llega la primavera. Sigue haciendo frío y sigue lloviendo y aún queda un siglo para agosto, pero las temperaturas suben, los naranjos florecen y las terracitas se llenan, pero seguimos teniendo que trabajar las mismas horas.

Pero, ¿por y para qué? ¿Se supone que los usuarios seguirán acudiendo a nuestras oficinas aunque el día les pida que se queden en una terracita disfrutando del sol? ¿Se supone que van a dejar de ir a la playita (aquí en el sur abril ya es época de playa) para hacer unas... gestiones? Alguien debería explicarlo.

La astenia primaveral invade nuestro funcionariales cuerpos, nos resta ganas de trabajar. La compañera pre-menopáusica insiste en que "ya es época de poner el aire acondicionado" y se nos hiela la sangre. El jefe de negociado empieza a denegar días de asuntos propios alegando que el año es muy largo y que luego nos vamos a quejar en navidades porque no nos quedan. Por la ventana, vemos las terrazas llenas a cualquier hora de la mañana. Nos llega el olor del azahar. La chica del archivo comienza a traer esas camisetitas...

¡¡¿¿Alguien quiere explicarme por qué no hay vacaciones hasta el verano??!!

¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿gtxrrmrprrrg?????!!!!!

Lo siento, queridos alumnos. Hoy no tengo respuestas a cómo sobrevivir a esto. Ay, la primavera.

NOTA IMPORTANTE: la semana que viene es Semana Santa. Gracias a Dios (y a Pilatos). Todos la disfrutaréis, seguro: funcionarios católicos, funcionarios ortodoxos, funcionarios ateos, funcionarios musulmanes, funcionarios protestantes, funcionarios budistas, funcionarios apóstatas, funcionarios antirreligiosos, funcionarios hermafroditas e incluso funcionarios sin días de asuntos propios. Yo me he pillado unos días y no se me verá el pelo por el despacho en toda la semana. Así pues, no hay lecciones hasta el lunes 13. Que ustedes lo disfruten (y que sea con torrijas y hornazos).

23 de marzo de 2009

Lección 28

CÓMO SOBREVIVIR A LAS CONVERSACIONES EN EL TRABAJO


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que no nos despidan ni nos marginen ni nos crucifiquen por cualquier cosa que digamos durante la jornada laboral.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Charla (Del inglés Charly: chino al que hay que disparar). 1.Disertación oral ante un público, sin solemnidad ni excesivas preocupaciones formales. 2.Lo que se nos va por la boca cuando tenemos un rato para compartir con los compañeros.

Suele ocurrir que las preocupaciones que nos rondan la cabeza se sobrellevan mejor cuando salen al exterior en forma de palabras y las compartimos con los que tenemos alrededor. No es que así pierdan importancia ni que vayamos a aceptar los consejos de los demás, pero consuela sacarlas. Pero, ¿quiénes son los demás? Por supuesto, los compañeros/as funcionarios/as que trabajan con nosotros/as en el ministerio/a. Y son gente peligrosa.

En realidad, más peligro tenemos nosotros mismos, porque sólo nosotros seremos responsables de lo que salga de nuestra boca, a pesar de lo cual no hay que perder el miedo al prójimo. Advertido está.

Pero, ¿por y para qué? Naturalmente, para sobrevivir en esta jungla funcionarial. Bien es sabido que por la boca muere el pez y que en ocasiones la inquietud nos hace comentar en grupo cosas tan íntimas que sería mejor que no conociera nadie; que cualquier cosa que digamos podrá ser usada en nuestra contra, sobre todo teniendo en cuenta lo cotilla que es la gorda del archivo; y, sobre todo, que hay que evitar que se nos vaya la fuerza por la boca. Esto último es un gran problema porque suele ocurrir que, tomando un café, por ejemplo, aprovechemos el cambio de escenario y de figurantes para hablar mal de tal o cual jefe o de tal o cual compañera de la mesa de al lado que nos tiene más hartos que un mxoñrzwstkrrrrrxqt... Craso error.

Como hemos remarcado: Cualquier cosa que digamos podrá ser utilizada... Sí, ya sé que conocéis la frase. Es de cine. ¿Qué hacer entonces?

· En primer lugar, no hablar nunca mal de ningún jefe. Una regla universal dice que si hablas mal de alguien, éste terminará enterándose tarde o temprano. Esto, en el caso de los jefes, subdirectores y directores generales, es realmente grave.

· En segundo lugar, no comentes nada (demasiado) personal. Hará que cambie la imagen que tienen de ti tus compañeros y/o jefes. Es mejor pensar qué quieres que piensen de ti, cómo quieres que te vean, y que sólo comentes aquello que vaya a ir bien con esa imagen idealizada ¡que estás formando en tu mente!

· En tercer lugar, y siguiendo con el punto anterior, no comentes ningún hecho sentimental o sexual relacionado con tu vida privada. Si lo haces y comentas tus penas, pensarán que eres un fracasado; si cuentas batallitas, pensarán que eres un fantasma; y, si por un desliz provocado por la cafeína o por esa extraña euforia que fluye en el ambiente cuando todos los tíos del desayuno somos hombres, comentas algún tipo de deseo o extravagancia que hayas soñado con alguna compañera como co-protagonista, entonces ten por seguro que: 1) esa compañera y todas las que estén cerca de ella te verán como un cerdo hasta que se jubilen; 2) no vas a tener ninguna oportunidad con esa compañera ni con ninguna otra del organismo hasta que tú te jubiles; 3) tus compañeros no van a poder evitar comentarlo por ahí; 4) si te surge alguna oportunidad de tener sexo en el trabajo, será porque esta anécdota, fluyendo de departamento en departamento, habrá dado alas a la imaginación de la más desesperada y menos sexy de todas las funcionarias de la provincia.

Por todo lo expuesto y por lo que pudiera llegar, recuerda siempre esta regla fundamental de supervivencia: En el desayuno así como en el despacho, mantén la boca cerrada, macho. Dicho está, a los efectos oportunos.

16 de marzo de 2009

Lección 27

CÓMO SOBREVIVIR AL TÉCNICO DE MEDIO AMBIENTE

OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que los tejemanejes del técnico mediambiental de tu Organismo no te amargue las tareas.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Medio ambiente (Del latín ambiens, ambientis: que te den viento). 1.Conjunto de circunstancias físicas, culturales y sociales que rodean a un determinado individuo. 2. Lo que si no fuera medio sería un ambientazo. 3.Lo que justifica la obsesiva presencia de un Técnico en nuestras oficinas.

Suele ocurrir que, ahora que la ecología es un deber institucional y no una moda a la que se apuntan unos pocos verdes, la mayoría de los organismos oficiales han tenido la obligación de contratar a un técnico medioambiental para asegurarse que las gestiones se hacen dentro del respeto a los arbolitos y las flores.

Pero, ¿para qué? Nadie lo sabe. De acuerdo que las flores son bonitas, pero los árboles crecen solos y los cortan otros, no los funcionarios. Dicho esto, que suena un poco radical, analicemos el comportamiento de ese raro especimen de nuestro medio ambiente institucional que es el Técnico de Medio Ambiente.

El Técnico de Medio Ambiente es un tipo raro. No se apunta al resto de las movidas como cervecitas, cafés de media mañana o salidas espirituales. ¿Por qué? Es evidente que no comulga con el resto de los empleados. ¿Por qué? En principio, podríamos decir que encuentra actitudes desagradables en los compañeros (usar papel, usar impresoras, usar iluminación artificial, usar móviles con batería de ion-litio...) pero también es cierto que los compañeros pueden llegar a acabar un poco hartos de la nueva inquisición que suponen las normas medioambientales.

En primer lugar, está esa "recomendación" de no usar papel. ¡Pero si nunca imprimo los emails, que son todos pogüerpoins! De acuerdo, no imprimiré nada. Vuelva usted mañana, a ver si no está el Técnico de Medio Ambiente. Un momento... Y él ¿por qué me llena las paredes de cartelería sobre ecología cuando yo tuve que quitar mis carteles del Sevilla CF porque no eran "corporativos"? Pero... pero... si sus carteles ¡también están hechos de papel!

En segundo lugar, te hace perder el tiempo con cursos interminables sobre la conciencia y la inconsciencia, sobre los 17 tipos de contenedores según el color (imposibles de memorizar) y sobre nuestra responsabilidad.

En tercer lugar, si nos queda tiempo, tenemos que llevar los tóners usados a un contenedor en la planta baja, las pilas al de la segunda planta y así hasta que se acabe la jornada laboral.

Y, por último, intentar hacer nuestro hábitat (qué propio esto, hablando de medio ambiente) habitable a pesar de tener que convivir con el contenedor de papel, el contenedor de envases, el de material informático usado y el de reciclado de aparataje eléctrico. Casi ná. Es entretenido, pero agotador.

¿El mecanismo de supervivencia para estos casos? Echemos mano del Manual de los casos perdidos: decir que sí a todo los que proponga el Técnico de Medio Ambiente, apuntarnos a todos los cursos que proponga el Técnico de Medio Ambiente, hablar mal del Técnico de Medio Ambiente en el café y olvidarnos del Técnico de Medio Ambiente cuando nos vayamos a casa.

9 de marzo de 2009

Lección 26

CÓMO SOBREVIVIR A LOS EXÁMENES DE SALUD LABORAL


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que algo tan necesario como una entrevista con el médico de la empresa no merme nuestra salud ni mucho menos nuestra imagen en el trabajo.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Médico. (Del latín Medius, medianus: el que está en medio entre tú y tu salud) 1.En el caso del trabajo, aquel otro funcionario con bata que dictamina cada dos años si estás sano o para el arrastre. 2.El único compañero que te da un bote de orina un lunes por la mañana.

Suele ocurrir que, bien por nuestra seguridad o por la de la Adminsitración, es necesario vencer nuestra dejadez y dejar que un médico nos examine periódicamente para comprobar que seguimos estando vivos.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Es una tradición que viene de cuando los funcionarios morían de infarto por exceso de trabajo (cosa que ya no existe) o de cuando se podía fumar en el trabajo (cosa que tampoco existe ya, creo) y habían quien tosía y esputaba constantemente en detrimento de la imagen pública del organismo en cuestión.

De acuerdo, hay que llevar una vida sana y para ello hay que someterse a algún examen médico de vez en cuando, pero ya es bastante bochornoso que te desnuden y te toquen, que te digan que tienes la espalda torcida (¡soy funcionario!) como para que también te pidan sangre (¡soy funcionario!) y te obliguen a donar parte de tu orina en un ejercicio ya de generosidad extrema.

CONSEJOS:

· El examen médico es superable siempre y cuando no comentemos con los compañeros las taras que nos han encontrado. Ellos siempre van a ocultar las suyas y terminarán sacando las tuyas a relucir en cualquier café o, lo que es peor, en cualquier concurso de ascenso.

· Los análisis son necesarios, pero degrada bastante nuestra imagen el vernos en una cola junto al jefe de negociado y a la chica sexy del Archivo con un bote de orina en la mano, supuestamente oculto en una bolsa arrugada de Mercadona, y poniendo cara de circunstancias. Es mejor llevar una mochila (tan a la moda hoy) o una supuesta bolsa de portátil en cuyo interior podemos esconder aquellos nuestros fluidos destinados al análisis.

· Los resultados no tienen por qué ser preocupantes ni aún saliéndosenos el colesterol de los límites que marca la ley (je, je: quise decir la salud) pero no hay que comentarlos con nadie y menos con el médico de la empresa: si no sabes interpretar esas cifras, acude a un médico privado o a tu primo el ATS, así todo quedará en casa. La discreción es fundamental.

Si, a pesar de todos estos consejos, el resultado el examen es desfavorable, siempre puedes ir con los papeles al médico de cabecera a pedirle una baja. Si, por otras circunstancias, trasciende y se hace público tu estado de salud, siempre puedes ir con los papeles al médico de cabecera a pedirle una baja. Si alguien se entera de esos tus íntimos problemas y los comenta en público riéndose de ti, siempre puedes ir con los papeles al médico de cabecera a pedirle una baja. Que digo yo, que para algo tendrá que servir esto de someterse a examen.

2 de marzo de 2009

Lección 25

CÓMO SOBREVIVIR A LOS ASCENSORES

OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que las modernas máquinas denominadas ascensores no conviertan en una pesadilla acudir al trabajo.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Ascensor (Del latín ascensor, ascensoris: Subidón). 1.Moderno aparato que sirve para que no pierdas la barriga cervecera subiendo escaleras. 2.Máquina que no sirve para ascender en el trabajo. 3.Trampa mortal que en las películas conduce o bien al terror o bien al sexo.

Suele ocurrir que, aunque la mayoría de los edificios oficiales están ubicados en centenarias construcciones con más solera que una póliza de 25 pesetas, algunos centros de la Administración, por su altura, requieren de ascensores para que usuarios y funcionarios lleguen a la última planta sin perder calorías por el camino.

Pero, ¿para qué? Nadie lo sabe. De acuerdo que hay personas mayores o que tienen disminuidas sus facultades físicas y necesitan ayuda mecánica para superar ciento treinta y siete escalones, pero ¿no es más sano mover las piernas, sobre todo si vamos a estar sentados las siguientes siete horas?

Bien, es cierto que algunos hemos sufrido traumas como el de que un ascensor se queda parado a medio camino lleno de gente, gente que a) pesa, b) respira tu aire, y c) tiene la misma idea que tú de cómo salir de allí. ¿Cómo hacer que el miedo a este tipo de situaciones no merme nuestra sana afición de acudir felices al trabajo? La respuesta es sencilla: necesitamos un impulso para saltar dentro del maldito aparato... o varios.

Primer impulso: La motivación. Sólo un individuo convencido de que su deber es acudir al trabajo, so pena de morir encerrado en un ascensor, moverá sus pies hacia dentro de uno de estos cacharros sin pensar en los riesgos. Pensemos cosas positivas. El deber es el deber. No hay más tutía que subir.

Segundo impulso: El horario. Convéncete de que tardarás más por las escaleras. Sólo subiendo en el ascensor conseguirás estar a tiempo en tu mesa, firmar y estar delante de la pantalla (¡encendida!) cuando llegue tu jefe.

Tercer impulso: El protagonismo. ¿Quién no ha soñado alguna vez con sus 15 minutos de gloria? Dicho de otro modo, ¿quién va a querer sacarte a ti en la tele si no es a causa de alguna catástrofe del tipo quedarse-encerrado-en-un-ascensor-de-la-Consejería-de-Hacienda? ¿Vamos pillando...?

Cuarto impulso: La pereza. ¿Y si fuera hoy el día en que el ascensor se para entre dos plantas y te quedas encerrado? ¿Y si los bomberos tardasen siete horas en llegar y no tuvieras que pasar esas siete horas metiendo datos en la jodida pantallita gris del ordenador? ¿No sería como un día libre, extraño, pero día libre al fin y al cabo? En estos casos, se recomienda llevar siempre al trabajo un libro o una Nintendo DS, al gusto del consumidor.

Quinto impulso: La llamada del sexo. ¿Y si fuera hoy el día en que el ascensor se para entre dos plantas y te quedas encerrado? ¿Y si coincide que en el ascensor sólo vais tú y esa compañera tan sexy e inaccesible del Archivo? ¿Y si los bomberos tardasen dos horas en llegar y ella estuviera tan desesperada que quisiera cumplir todos sus (más salvajes) sueños antes de "morir"?

Son cómodos empujones psicológicos para ayudarnos a entrar en el ascensor sin miedo. Yo los he puesto en práctica y subo con los ojos cerrados (si no está la compañera del Archivo) y hasta me he hecho amigo de la venezolana del altavoz, que me susurra cada mañana: La puerta ssssse abre. Planta terssssera. Incluso la echo de menos en los días de asuntos propios.

23 de febrero de 2009

Lección 24

CÓMO SOBREVIVIR AL 'PROHIBIDO FUMAR'

OBJETIVO DE LA LECCIÓN


Sobrevivir siete horas sin fumar (si eres fumador) o sobrevivir a los efectos secundarios de esta prohibición que tachan de conflictiva.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Fumar (Del latín Fumus: Porque-me-da-la-ganus) 1.Acción de inspirar humo voluntariamente. 2.Hecho social cuya finalidad es la de hacer una pausa en el trabajo. 3.Lo que, según las cajetillas de tabaco, mata.

Suele ocurrir que hay quien no se resigna a las prohibiciones ni aun perteneciendo a un cuerpo que ha hecho el sagrado juramento de servir al Estado como es el del funcionariado. En el caso de la ley que prohíbe fumar en espacios públicos, son muchos los que no se resignan a abandonar el malvado hábito y recurren a artimañanas para no estar siete horas sin fumar. Estas son algunas:

Solución #1: Salir a la puerta de la calle a echar un pitillo.
Inconveniente #1: En invierno, se te congela el mechero (por no llamarlo de otra forma) y en verano es tal el calor al salir del sagrado reino del aire acondicionado que acabas tomándote una cervecita.

Solución #2: Salir a la terraza a fumar.
Inconveniente #2: Los mismos inconvenientes que la solución #1, pero con el agravante de que alguien puede considerar esas terrazas que no se usan y que están de adorno en todos los edificios oficiales como centro de trabajo, con la consiguiente sanción.

Solución #3: Esconderte en el baño a fumar.
Inconveniente #3: Esta solución es más de instituto, con los recuerdos que puede traernos, pero tiene otros inconvenientes: aquí no te pilla el profesor sino el jodido compañero-funcionario-fanático-anti-tabaco, que abre la puerta cuando menos te lo esperas. Es que te entran ganas de un pitillo y a él le entran ganas de mear. Paralelismos de la vida: hay quien los llama Sincronicidad (para más información, léase a Carl Jung y sus teorías del trascendentalismo).

Pero, ¿por y para qué fumamos? Nadie lo sabe. Cuando estás de barbacoa siempre le echas la bronca al que cocina porque el humo llega a la mesa. En la Gran Vía nos quejamos del olor del dióxido de carbono. Pero es llegar al trabajo y te entran una ganas de un pitillo que no hay quien las aguante.

De acuerdo, puede que sea más sano y esté mejor aceptado socialmente el no fumar, pero ¿qué es la abstinencia sino falta de placer? O, como le decimos al médico cuando nos lo prohíbe, si no puedo fumar ni beber ni tomar carne roja ni sal, ¿qué me queda? Y lo peor viene entonces, cuando su respuesta es: Trabajar, hijo, trabajar.

16 de febrero de 2009

Lección 23

CÓMO SOBREVIVIR A LAS MATEMÁTICAS ABSTRACTAS

OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Comprender cuántos tipos de gastos existen en la Admnistración y de cuáles somos culpables o beneficiarios.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Gasto público (Del latín Gastus publicus: lo que se pagará tarde o nunca). Dícese de la lista de la compra, a veces inflada y a veces rácana, que hacen los organismos públicos, las cuales, al contrario que ocurre en el Carrefour, se pagan a tres años vista o se envían a la llamada Deuda, un saco sin fondo, para que la pague el próximo que salga elegido.

Suele ocurrir que, para llevar a cabo sus funciones, la Administración necesita bienes o servicios que hay que pagar. A esto lo llamamos Gasto público. Se diferencia de los gastos privados en que éste o se paga inflado o, directamente, no se paga.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Es una costumbre que viene desde el tiempo en que los romanos gobernaban la Península Ibérica, con el gobernado Gastus Denarius Apuntala. En fin, es cuestión difícil de explicar incluso en términos científicos. Pasemos mejor a los ejemplos:

Ejemplo 1:
· Un Audi A8 blindado para el jefe: 400.000,00 euros.
· Una cristalera inteligente con mando a distancia para mantener un ambiente íntimo en el despacho del jefe cuando éste trae a su amiguita: 170.212,00 euros.
· Que el jefe coja el coche oficial, monte a su amiguita y pasen el día lejos de mi mesa: No tiene precio.

Ejemplo 2:
· Un lote de sillas para la sala de reuniones, cada silla: 2.269,00 euros.
· Una mesa elíptica de 5,60 metros con conexiones de sonido: 26.284,00 euros.
· Formar parte de estas reuniones y llevarnos una comisión (en euros) por cualquier cosa que se acuerde comprar o contratar: No tiene precio.

Ejemplo 3:
· 18 sillones de aluminio para una sala de reuniones alternativa, cada una: 1.960,00 euros.
· 5 sillas auxiliares para traductores o periodistas, cada una: 890,00 euros.
· Usar gratis la fotocopiadora del despacho para no verle la cara al soso de la papelería de mi barrio: No tiene precio.

Ejemplo 4:
· Cartelería para publicitar el plan E del Gobierno de España, en plena crisis: 46.300.000,00 euros.
· Una máquina de café para abastecer a dos plantas de despachos: 220,00 euros.
· Pillar un paquete de folios para casa sin darle explicaciones al jefe: No tiene precio.

Resumiendo, si estos ejemplos no nos ayudan a mirar desde otra perspectiva la crisis, posiblemente no necesitéis de un Manual de Supervivencia sino un kiosko de la ONCE o un puestecito en algún partido político de los que ha ganado en vuestro distrito electoral.

9 de febrero de 2009

Lección 22

CÓMO SOBREVIVIR A LOS USUARIOS


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Convertir el trato constante y rutinario al ciudadano en un toma y daca del que ambos (funcionario y usuario) salgan beneficiados.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Usuario. (Del inglés User: el que usa) 1.Cliente de una entidad pública o privada. 2.Dícese del que que hace uso bueno o malo de un organismo.

Suele ocurrir que el especimen funcionarial no siempre atiende a sus quehaceres delante de un ordenador en un sótano gris y mal ventilado, alejado del mundanal ruido y de la vida real, sino que es muy frecuente la interacción del individuo con una expecie exógena que acude por distintos motivos a las ventanillas, mostradores y negociados de cualquier ministerio: el ciudadano, también llamado usuario. El dogma es la siguiente: La felicidad el usuario hace feliz al funcionario. (Síííí, ya sé que rima)

Pero, ¿por y para qué hacer feliz al ciudadano? Nadie lo sabe. Se supone que dan sentido a nuestra tarea, que su bienestar es nuestro objetivo y que se trata de una especie de simbiosis en aras de preservar la biodiversidad y el equilibrio natural en la Administración. Estudiémoslo con detenimiento y con dos sencillos ejemplos.

Ejemplo 1: Un usuario llega al mostrador con un formulario mal o parcialmente cumplimentado y lo emplazamos para un próximo encuentro en el que él se compromete a traer el formulario correctamente relleno. ¿Qué hemos hecho mal? En primer lugar, mandarlo de vuelta. ¿Qué deberíamos hacer? Ayudarlo a rellenar las casillas. ¿Por qué? Dos visitas supone el doble de trabajo que una. Esto, que se podría reflejar en una operación matemática, lo comprendería hasta un mono. Un mono no va dos veces a por un plátano. Lo coge la primera vez y se queda mirando el correo electrónico después. ¿Queda claro?

Ejemplo 2: Un usuario llega hasta nosotros (exactamente hasta unos 15 cm. de nuestra nariz) con una queja que se molesta en ofrecernos con toda la potencia de su volumen de voz. Lo derivamos hacia el mostrador de Información al Usuario para que desarrolle sus dotes poéticas componiendo una reclamación dirigida al director general. ¿Qué hemos hecho mal? No prestar atención a sus tacos. ¿Qué deberíamos haber hecho? Explicarle por qué la gestión que llevó a cabo (o sufrió) ha producido su enojo apenas expresado. Esta sería una forma asertiva de hacerle comprender que los mecanismos de la Administración son insondables y que la culpa, al fin y al cabo, la tiene él. ¿Por qué? En primer lugar, por raro que parezca la tramitación de las reclamaciones ¡funciona bien! y llegan al director general. En segundo lugar, si tiene tiempo de leer las reclamaciones nos va a suponer un déficit en la puntuación del C.R.P. y acabaríamos no cobrando la productividad. En tercer lugar, porque tarde o temprano volverá a que repitamos/depuremos/completemos los trámites de su gestión, con lo cual sus visitas se multiplicarán cuando, en realidad, podríamos solucionarlo sobre la marcha y ya hemos aprendido en el ejemplo anterior que dos visitas supone el doble de una, o sea, el doble de trabajo.

Confío en que estos sencillos ejemplos de comportamiento simbiótico os ayuden a perder menos tiempo con lo que menos requiere y acumuléis más minutos para poder ver los pogüerpoins que os envío. No dejéis de estudiar y, por supuesto, no olvidéis la consigna: La felicidad el usuario hace feliz al funcionario. (Recordad que se puede repetir durante la merienda como un mantra).

2 de febrero de 2009

Lección 21

CÓMO SOBREVIVIR SIN INTERNET


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Aprender a sobrevivir en el trabajo los días en que internet se chafa o la red no permite el acceso al correo electrónico.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Internet. (Del latín Inter: de Milán y del francés –net: lo que no viene a significar ná de ná) 1.Método de comunicación entre administraciones distantes que permite el trabajo en línea sin necesidad de pasar por el registro de salida. 2.Mecanismo para que florezca la amistad a través del hecho de compartir archivos, pogüerpoins y fotos/chistes subiditos de tono. 3.Mecanismo para que florezca la amistad con alguna que ni es tu mujer ni tiene ya la flor.

Suele ocurrir que pasamos por alto las maravillas que Dios o el progreso han puesto a nuestro alrededor sin que les prestemos la debida atención o nos paremos a considerar lo magníficas que son... hasta que nos faltan. Una de esas maravillas es internet, ese flujo continuo de datos que corre por nuestras venas y alimenta nuestros espíritus cachondos.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. En un principio, se pensó que internet servía para agilizar el trabajo y ahorrar tiempo y papel, hasta que un hombre preclaro y hoy desconocido envió el primer email cachondo. Desde entonces, no hay nada que solace más nuestro espíritu fijo que enviarle al tío de la mesa de al lado un email con fotos guarras que podría ver desde su mesa si girase la cabeza. Sí, el mundo es más feliz... siempre y cuando no se caiga la red y nos deje sin internet en todo el Ministerio. ¿Qué podemos hacer entonces?

Suele ocurrir que, aunque llames rápidamente a los informáticos (véase Lección 12: Cómo sobrevivir a Windows) éstos no te sirvan de ayuda porque: a) el que te coge el teléfono no fue a clase el día en que explicaban esto, b) no hay nadie en Informática, c) es un problema eléctrico y a ver cuándo viene el electricista, d) a tu jefe le da igual y te pide que aproveches para archivar todo el papel que se amontona en tu mesa, e) los informáticos también son funcionarios.

En estos casos, el suicidio está justificado, pero es más recomendable usar cualquiera de estos mecanismos de superviviencia para funcionarios:

  • Ir corriendo a la máquina del café y ver si hay tila.
  • Repetir en voz alta un mantra o dos.
  • Llamar otra vez a Informática.
  • Llamar un minuto después a ver si ya están haciendo algo.
  • Dar unos golpecitos al monitor a ver si viene el internet por arte de magia.
  • Volver a la máquina de café y pasar el rato con los colegas contando chistes que nos enviaron por email.
  • Llamar otra vez a Informática.
  • Morderte las uñas.
  • Relajar cuerpo y mente, repetir un mantra, concentrarnos en la paz de nuestro espíritu y, una vez concentrados, pensar en los emails que vamos a enviar cuando vuelva la red.
  • Llamar a Informática y decirles algunos tacos.
  • Rogarle a tu jefe que te deje ir a casa donde (sí, sí, ¡¡sí!!) tienes internet. Aunque, en casa, no es lo mismo.

26 de enero de 2009

Lección 20

CÓMO SOBREVIVIR A LAS MATEMÁTICAS APLICADAS


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Entender por qué el estado de California ha ido a la bancarrota y ha declarado suspensión de pagos y la administración española no.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Matemáticas aplicadas. (Del latín Mathematica: me duele la cabeza, y de applicare: arrimar) 1.Estudio de la cantidad considerada en relación con ciertos fenómenos físicos. 2.Dícese de cuando por fin de mayores usamos las matemáticas para calcular algo del mundo real. 3. Dícese de las jodidas matemáticas cuando los números juegan en contra.

Suele ocurrir que, al leer los periódicos en esos ratitos que la jornada laboral nos permite, encontramos noticias que nos ponen los pelos de punta (a los que tenemos pelos) e incluso, en ocasiones, tientan a nuestro sentido común y desafían nuestra habilidad para las matemáticas. La lección que hoy os proponemos es un caso práctico; en concreto, un problema matemático:

Planteamiento:
-El P.I.B. del Estado de California es de 1.800 trillones de dólares (un 30% mayor que el de España). Si fuera un país independiente California sería la octava potencia económica mundial.
-Si sumamos el gasto público de todas las Comunidades Autónomas españolas nos da exactamente el doble del gasto público de California.
-La renta per cápita (lo que vendría a ser si repartiéramos entre todos lo que gana el país) del Estado de California es el doble de la de España.
-California tiene menos funcionarios públicos que, por ejemplo, Cataluña.
-Estados Unidos tiene 200 millones de habitantes, pero menos coches oficiales que España.
-El déficit público de los USA es "sólo" de 42.000 millones; el de España, de 65.000.
-No sé qué tiene que ver, pero voy a añadir que los americanos no subvencionan a los siempre útiles sindicatos.
-Último dato: el gobierno del Estado de California ha declarado suspensión de pagos. No tiene dinero para pagar a los funcionarios y está pagando a los proveedores con pagarés sin fecha.

Problema:
Con estos datos en la mano (o en el bolsillo de alguno) ¿se planteará alguna mente preclara de nuestras altas esferas de nuestra Administración suspender pagos? ¿Incluirá esto las ayudas protésicas, dentales y odontológicas? ¿Congelará el gobierno español los sueldos de los altos cargos como ha hecho Obama? (Esto último es broma, claro, que no se preocupen los 644 asesores de ZP) Y, en el mejor de los casos, ¿comprenderá el amable vampiro de mi banco que algún mes no haya dinero en mi cuenta para pagar la hipoteca?


19 de enero de 2009

Lección 19

CÓMO SOBREVIVIR AL "LO QUIERO PARA AYER"


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Terminar una tarea sin que el aliento del jefe nos queme detrás de la oreja.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Prisa. (Del latín Pressus: apretado) 1.Celeridad con que viven los que viven deprisa. 2.Mito acerca del trabajo que inhibe la normal y perfecta realización de las tareas. 3.Lo que siempre aparece en las frases del jefe cuando el jefe aparece por la oficina.

Suele ocurrir que, bien por aquello que explicábamos en la Lección 8 de que los jefes siempre tienen jefes por encima de sus cabezas o por la misma idiosincrasia de la Administración en España, los jefes siempre tienen prisa.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Tan pronto se olvidan de ti como quieren que les termines un informe o una gráfica para ayer. Esta frase tan imposible (lo hecho, hecho está y no podemos volver al ayer) encierra en sí misma la desesperación del sujeto abocado a los plazos, la paradójica soledad del jefe en su cargo intermedio, reflejo de que la erótica del poder encierra en sí misma más de masturbación intelectual que de sexo multitudinario, aunque siempre esté jodiendo al grupo.

De acuerdo, hay que ser sensatos y admitir que nuestro trabajo es nuestro y no lo va a hacer nadie ni aunque nos vayamos de vacaciones merecida y legalmente, pero lo no hecho, no hecho está, de modo que ¿por qué pelearnos? Los jefes deberían ensayar frases más asertivas del tipo “Si no está hecho, ¿podría estarlo a mediodía?” o “Lo necesito para la reunión de las 9. Ya sé que debería haberlo pedido ayer, pero ¿sería posible...?”, aunque estas frases van contra la personalidad Tipo del jefe. ¿Cómo solucionarlo entonces? Sí, ésta también es una cuestión de supervivencia.

Opción 1: Miente. Puedes decir, no sin riesgo, que ya lo tienes hecho. Esto por teléfono funciona e, incluso en el caso de un “Bien, tráemelo a mi despacho” te da tiempo suficiente para ponerte al día y cumplir.

Opción 2: Una excusa. Una excusa no es una mentira. “El ordenador se me ha quedado colgado” o “No sé qué le pasa a la impresora: no va” son excusas que justifican la mentira anterior, pero (repito) no son mentiras.

Opción 3: Sé humilde. Admite ante tu jefe que no has sido capaz de terminar el trabajo porque te supera (esto sí que es una mentira porque los jefes jamás te mandarían una tarea difícil: escaparía a su comprensión). De esta manera, te libras de la bronca pero te obligas a terminarla con dos riesgos: a) que te cambien de puesto; b) que se lo encarguen al listillo del departamento o, lo que sería aún peor, al torpe.

Opción 4: Cuelga el teléfono. Ignora la llamada, haz como que no te has enterado, finge estar en otro lado, pero termina corriendo lo que tenías que haber hecho ayer con tranquilidad, dale caña, F5, copia, pega, guarda, imprime, pero jamás admitas que no lo habías terminado cuando te lo pidió.

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