24 de noviembre de 2008

Lección 12

CÓMO SOBREVIVIR A WINDOWS


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que trabajemos lo que trabajemos durante la jornada laboral, ni el Windows ni Bill Gates nos amarguen la vida.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Windows (Del inglés Güindous: lugar por donde debían salir del trabajo todos los ordenadores) 1.Lo que hace ruidito dentro de tu ordenador cuando estás trabajando. 2.Sistema operativo diseñado por Bill Gates en 1985 como interfaz gráfica para su propio sistema operativo MS-DOS. 3.Fuente de problemas de todos los funcionarios con ordenador. 4.Fuente de problemas de todos los informáticos no linuxeros ni maqueros del mundo.

Suele ocurrir que el día que queremos quitar todo el atraso de la mesa (también ocurre cuando tenemos un correo importante que enviar a los colegas) el ordenador se pone chulo con un mensajito del tipo “No se pudo conectar el cliente. No se puede conectar a la consola desde una sesión de consola del mismo equipo". Pero, ¿qué cliente ni qué pepinillos en vinagre? Si esto es la Administración. Como mucho, tenemos proveedores, pero clientes ni hablar. O este otro mensaje: “Error: falta memoria. La sesión remota se desconectará”. ¿Por qué? Si me falta memoria, ¿por qué se desconecta de la sesión remota? ¿Quién me va a prestar la memoria que me falta?

Pero, ¿por y para qué aparecen estos mensajes? Nadie lo sabe. Hay quien dice que son para liar a los informáticos, para que justifiquen su trabajo, pero yo los veo siempre dudar, preguntar qué hemos hecho como si estuviésemos detenidos y, al final, siempre apagan y reinician el ordenador y te dicen: “Bueno, creo que ya puede seguir trabajando” y no se te ocurra preguntarles qué han hecho o qué había pasado, porque te ponen cara de ¿cómo lo voy a saber yo si eras tú el que estaba trabajando con el ordenador?

En fin, que uno sigue intentando terminar lo que ha hecho y deseando que la puñetera conexión con el servidor a donde van tus datos (que debe estar en un búnker impresionante, custodiado bajo tierra por cien o doscientos de estos informáticos con cara de policía duro) no se vuelva a jorobar, porque entonces te van a temblar las piernas mientras marcas el número de Informática.

¿Qué hacer, entonces? Lo mejor, aprender informática casera. ¿Qué necesitas saber? Poca cosa: la primera) si se cuelga el ordenador, lo desenchufas y lo vuelves a conectar; la segunda) si da un error, preguntar al de al lado y, si no sabe de qué va, desenchufar y volver a conectar; y la tercera) en el caso de que tengas que volver a llamar a Informática, echarle la culpa al sustituto de verano o, si es en enero, a la compañera más sexy de la Sección, la que seguro que no se lleva una bronca del friki-informático-policía-duro.

17 de noviembre de 2008

Lección 11

CÓMO SOBREVIVIR AL HORARIO LABORAL


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir llegar a las tres de la tarde sin perder el juicio. Ni más ni menos.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Horario. (Del latín Hora, horae: espacio de tiempo... o algo así) 1. Uno de las siete fracciones de tiempo en que se divide la jornada laboral. 2.Espacio de tiempo infinito entre un café y otro. 3. Espacio de tiempo infinito entre un cigarrito y otro.

Suele ocurrir que el deber de todo funcionario de pro implica la obligación de levantarse temprano para cumplir con la obsoleta tradición de llegar a las ocho al Ministerio.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Es una tradición que viene de un año que hubo un apagón en Fin de Año y no se pudieron comer las uvas en un Ministerio y, desde entonces, alguien decidió inaugurar la tradición de poner un reloj en la puerta de cada organismo público.

Llegar a la hora no es complicado. Ni siquiera difícil. Uno puede llegar dentro de esos 15 minutos de cortesía y ha cumplido con lo pactado en el contrato, incluso puede darse por satisfecho si llega antes de que quiten la firma si de lo que se trata es de firmar. Entonces, uno estampará su rúbrica, constará en el registro que ha ido a trabajar y podrá gritar a los cuatro vientos que su firma vale dinero. Es más: en el caso de que seas uno de esos personajes grises a quienes tanto su jefe como sus compañeros ignoran, incluso podrías irte a casa, ya que la firma demostrará fehacientemente “que has ido a trabajar”.

Ahora supongamos que te quedas en el trabajo. Puedes trabajar, por supuesto, pero ¿siete horas seguidas?

Existen formas de hacer amena la jornada (sí, de veras) como, por ejemplo, organizar el trabajo de manera que no hagamos durante las siete horas lo mismo, cambiando de hora en hora de tarea (esto contribuye a que nada se quede atrasado o todo lleve el mismo retraso) o también guardar algún correo sin abrir (leerlos todos del tirón conlleva que en algún momento de aburrimiento no sepa uno qué hacer) o cada cierto tiempo dejar la ventanilla o el MSWord para darse una vuelta por los otros despachos, cambiar de aires (acondicionados), cambiar impresiones, hacer recuento de compañeras de buen ver, enterarnos de los últimos cotilleos, etcétera, etcétera, y eso sí, nunca nos debemos olvidar el café de media mañana, con su tertulia, sus discusiones...

De acuerdo, hay momentos en que nada de esto sirve. Es una escena muy normal la del compañero que pierde los nervios en el mostrador, por ejemplo. Siempre es por culpa del estrés producido por la jornada continuada de 8 a 3. Es entonces cuando debemos plantearnos si podremos aguantar nosotros. ¿Soluciones? Las básicas de toda la vida (ni siquiera tendría que haber dedicado una lección a este tema): salir a las menos cuarto, pasar todo el tiempo posible en los recados de departamento en departamento, en el baño, en el ascensor, en el Tetris, inventar alguna excusa para salir un rato a tomar el aire (ir al médico, llevar a alguien al médico, que alguien nos lleve al médico, que el médico se lleve a sí mismo, solucionar un problema –que siempre los hay– en la oficina de Telefónica, llevar/traer el coche del taller, recoger un móvil nuevo y mejor que el de la semana pasada) o, directamente, pedir una hora de asuntos propios que, como no nos la darán, hará que el jefe inmediato inicie una discusión acerca del tema, una discusión amena y entretenida que, con un poco de suerte, nos tendrá enredados hasta las tres menos cuarto.

10 de noviembre de 2008

Lección 10

CÓMO SOBREVIVIR A LOS PUENTES


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir, por el bien común, entender por qué hay siempre un compañero que quiere el punte que tú tenías planeado coger.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Puente.
(Del latín pons, pontis: te pongas como te pongas) 1.Construcción de piedra, ladrillo, madera, etc. que se construye sobre los puentes y fosos para pasarlos. 2.Pequeña pero interesante oportunidad de pillar unos días seguidos de vacaciones cuando no es vacaciones.

Suele ocurrir que el día que se nos ocurre decir en el trabajo “He pensado cogerme el puente de...” siempre hay alguien más listo (o más rápido) que tú ¡que ya lo ha cogido! Da igual que estemos en noviembre y hablemos del puente de la Constitución o que estuviéramos en navidad y hablásemos de Semana Santa. ¡Ya lo ha cogido!

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. ¿Cómo puede saber si le vendrá bien irse de viaje dentro de un mes o de seis?

Es una escena que se torna dramática cuando vas a hablar con tu jefe inmediato y le llevas tu solicitud de permiso cumplimentada y firmada con tu mejor letra y tu mejor firma y le explicas que quieres pedir el puente de la Inmaculada y él te pregunta cómo es que lo quieres pedir con tanta antelación y tú te callas que no quieres que te lo quiten, y tu jefe te dice que no puede ser porque tu compañero de despacho ya lo ha pedido y no os podéis ir los dos a la vez y te quedas con las ganas de agarrarle por el cuello, ponerle un pie en el pecho y gritarle: “¿Y te parecía precipitada mi petición?”

De acuerdo, puede que lo único que tú pretendieras fuera quedarte en casa durmiendo un día más, empalmando el festivo con el fin de semana para que la cirugía estética de la almohada cambie tus arrugas de estrés por arrugas de sábanas, pero ¿y qué? Puede que lo único que quisieras fuera llevar los niños a casa de tus padres en el pueblo para que no sigan echándote broncas por descastado (con lo que cuesta llevar a los niños a sitios así), pero ¿y qué?

Es tu derecho. Y ningún sindicato lucha en contra de los acaparadores de puentes, contra los mafiosos capitalistas con días de asuntos propios de sobra cuando hay tanta gente con falta de días. Qué mal repartido está el mundo. Cuánta injusticia.

3 de noviembre de 2008

Lección 9

CÓMO SOBREVIVIR A LOS OBJETIVOS


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir entender por qué, si cumplimos los objetivos, el jefe cobra quince veces más que nosotros.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Objetivo. (Del latín objectus: meta imposible) 1.Meta imposible que las mentes pensantes que se mueven a nivel ejecutivo piensan que tienes que cumplir. 2.Nivel de trabajo que tu jefe inmediato piensa subjetivamente que tienes que cumplir. 3.Paga correspondiente al cumplimiento de dicha meta que sólo cobrarás si tu jefe piensa que debes cobrarla.

Suele ocurrir que desde el director general de más arriba hasta el ciudadano de a pie que más cojea piensan que el funcionario no trabaja. ¡No es cierto! Curramos en sótanos grises sin luz artificial, en deshumanizadas oficinas llenas de máquinas y en despachos de aire enrarecido por el funcionamiento sincronizado de docenas de ordenadores, por el papel acumulado por la falta de lugares donde archivar. Suele ocurrir que, a raíz de este pensamiento absurdo y con ansia de justificar lo que está a la vista, las cabecitas pensantes de los niveles directivos han creado Los Objetivos.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Se reúnen con dietas de por medio en reuniones interdepartamentales, dejan que sus mentes vaguen por el infinito ministerial en una orgía de brainstorming y se dejan llevar por la misma imaginación calenturienta que aquellos hombrecitos grises de La Censura. Entonces, deciden que para saber si trabajamos (o para justificar las reuniones) definen unos objetivos que tenemos que cumplir cada año, mes o cuatrimestre, fórmulas matemáticas que indican si hemos enviado el número mínimo de oficios o despachado el promedio ideal de solicitudes. Un ejemplo:

OB= (NR x 100) / NC

Donde NR es el número de solicitudes recibidas y NC el número de solicitudes tramitadas, la fórmula nos daría OB, o sea, el valor del objetivo conseguido. Si nuestro objetivo fuera 100, tendríamos que haber tramitado el mismo número de solicitudes que las recibidas, si nuestro objetivo fuera 50, tendríamos un objetivo justo.

De acuerdo, puede que saber si trabajamos al 100% sirva para justificar la eficacia de los jefes intermedios (y no tan intermedios), pero todos sabemos que un objetivo que analice al funcionario es injusto. Véase la siguiente fórmula: si el número de solicitudes recibidas en 2007 fue de 1.562 y conseguimos tramitar dentro de plazo 1.278 (sea cual sea el porcentaje) con el sudor de nuestra frente, cobrando una paga por objetivos de 400€, ¿por qué el inútil del jefe se lleva 7.000€ si lo único que ha aportado es su firma... deprisa y corriendo?

Sólo nos queda la Filosofía como consuelo, y para ello, permitidme citar al Señor Smith cuando en Matrix reloaded dice: “No hay razón para negar el objetivo porque ambos sabemos que sin un objetivo no existiríamos. Es el objetivo lo que nos ha creado. El objetivo nos vincula. El objetivo nos motiva. Nos guía. Nos mueve. Es el objetivo lo que nos define. El objetivo nos mantiene unidos.”


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