29 de diciembre de 2008

Lección 17

CÓMO SOBREVIVIR A LA TERTULIA DEL CAFÉ (y III)


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir una alternativa a esas tertulias del café de media mañana que, a veces, se hacen incómodas e incluso peligrosas.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Alternativa. (Del latín Alternatus: otra cosa) 1.Lo del toreo. 2.Opción que se nos ofrece en la vida.

Suele ocurrir, como explicábamos en las dos lecciones anteriores, que hablando de más en las tertulias del café de media mañana uno ponga en peligro su estabilidad laboral o emocional (o la de los que le rodean) con algún comentario (nunca mal intencionado) que pude ser tomado por mal intencionado por algún pelota del jefe o herir las sensibilidades de compañeros/as radicales, reaccionarios/as, ecologistas/os, feministas/os o gilipollas. Por eso, la semana pasada recomendábamos buscar una alternativa a ese café con el mismo grupo con el que las otras seis horas trabajamos.

Pero, ¿por y para qué? Para evitar esos tropiezos. No se hable más.

20 minutos son 20 minutos (aunque el reloj corra más) y dan para mucho si uno no los pierde tomando cafés con gente que malinterpreta lo que decimos. Un funcionario diligente puede salir a la calle y aprovechar esos 20 minutillos en cosas tan variadas como pasear (adelgaza y es gratis), haciendo algún recado en otra administración, visitar a algún amigo de otro ministerio con el que tomar un café no sea un peligro, comprando el pan (esto si lo hacen los hombres es muy valorado por sus mujeres), comprar el periódico para que luego la mañana no se le haga tan larga, ir de compras (chicas, en todas las franquicias hay ofertas previas a ¡las rebajas! y, chicos, a las niñas de Sfera les han puesto ahora unos pantaloncitos de talle bajo que quitan el hipo), pegar carteles subversivos, comprar un chicle, visitar un museo cortito, pedir limosna, leer en el parque, alimentar a las palomas, etcétera, etcétera. Es cuestión de imaginación.

Mención aparte merece otra opción menos convencional: quedarse en el puesto de trabajo. Sí, lo sé, lo sé, acallad vuestros enfurecidos ánimos. Me refiero a quedarse sentado en la mesa. Esto no quiere decir trabajar. El derecho al descanso de 20 minutos está en la Constitución Española y ni aunque Zapatero la reforme se va a eliminar ese rato de nuestra carta de derechos. Eso sí: uno puede emplear ese tiempo en cerrar los ojos, hacer bricolaje intentando corregir los defectos de la maldita silla que nos ha tocado o escribir un blog. Esta es una opción que expande nuestras mentes al universo interneteril, permitiéndonos conocer y entablar conversación con gente que en la calle (o tomando copas) jamás conoceríamos. También permite compartir conocimientos (como éste que os escribe) o minutos musicales en forma de mp3.

De acuerdo, puede que esta última alternativa no sea la más deseada, puede que esa media tostada sea una necesidad o puede que lo que realmente nos apetezca sea hablar de cosas social o políticamente incorrectas aun a riesgo de meter la pata. Pero siempre es bueno saber que en la vida existen las alternativas. Este Manual es todo idealismo. Lo que hagáis con vuestra vida es todo cosa vuestra.

* * * * *

La semana que viene, queridos alumnos, no habrá lección. Me he pedido los días de asuntos propios que me quedaban y les he sumado el puente del día de Reyes, así que (si no me toca la primitiva) aquí estaré de nuevo el día 12 de enero con nuevas y renovadas fuerzas didácticas.

Feliz año, colegas funcionarios.

22 de diciembre de 2008

Lección 16

CÓMO SOBREVIVIR A LA TERTULIA DEL CAFÉ (II)


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que la tertulia del café de media mañana no se nos estropee por culpa de algo que digamos.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Tertuliano. (De Tertulia y de Ano: vamos, el que la caga) 1.Una de las personas que se juntan habitualmente para charlar o recrearse. 2.Individuo que hace lo mismo que los funcionarios a la hora del café pero cobra porque lo hace en un programa de televisión.

Suele ocurrir que en esos maravillosos y pequeños ratos de esparcimiento que echamos tomando un café con los compañeros para reponer fuerzas a media mañana se nos vaya la fuerza por la boca hablando de más sobre tal o cual cosa. Ejemplos:

a) la mala pinta de un compañero (o jefe)
b) lo mal que trabaja algún compañero (o jefe)
c) lo pelota que es algún compañero (o el jefe con sus superiores)
d) lo buena que está aquella compañera (casada, sí, casada)
e) lo buena que está aquella otra compañera (y lo feliz que seríamos con ella, poniendo ejemplos claros y específicos de esa felicidad)

Y así hasta copar todas las probabilidades de conversación del espíritu humano.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Parece ser que hay temas sobre los que, hablando hablando, terminamos diciendo lo que sólo deberíamos pensar y no decir (aunque haya más de uno que también lo piense).

De acuerdo, puede que todo esto sea muy común y hasta reconfortante: soltar lo que llevamos dentro siempre es liberador, pero la mayoría de las veces no nos percatamos de quién nos escucha. ¿Quién nos escucha? Nos escucha la compañera de la mesa de al lado, el pelota encubierto que toma pan con tomate a nuestro lado, el amigo del primo del marido de esa compañera tan buenorra, el (supuesto) amigo que no puede callarse nada interesante que haya escuchado, la compañera de uno de los compañeros de quien estamos hablando, ese tipo callado que (no lo sabemos pero que con toda seguridad) contará lo que hablamos a alguien que puede hacernos la puñeta...

Razones de más para buscar otra opción alternativa al desayuno–con–tertulia de media mañana. Ideas y opciones en la lección de la semana que viene.

15 de diciembre de 2008

Lección 15

CÓMO SOBREVIVIR A LA TERTULIA DEL CAFÉ (1ª parte)


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que ese buen rato de esparcimiento que es el café de media mañana no se estropee por culpa de alguna conversación.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Tertulia. (De origen incierto, probablemente del chino Teltulia: pues tú también) 1.Reunión de personas que se juntan habitualmente para charlar o recrearse. 2. Reunión de personas que trabajan juntas y juntas se juntan habitualmente para charlar sobre el que no está o recrearse con la que no está.

Suele ocurrir que el día en la Administración es tan largo que necesitamos de esos pequeños ratos de esparcimiento en los que un buen café (o malo según la cafetería) y media tostada nos ayudan a reponer fuerzas para cumplir el horario laboral. En este ambiente distendido, las subespecies masculina y femenina suelen tender a expandirse de forma diferente pero con algo en común: charlar.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Parece ser que cumple un principio antropológicamente explicable según el cual el ser humano funcionaril necesita hablar en los ratos de descanso habida cuenta de que ya no tiene ratos para el cigarrillo y de que (se supone que) no puede hablar mientras trabaja. Pasemos a poner algunos esclarecedores ejemplos.

Es una escena habitual la de los compañeros de trabajo reuniéndose alrededor de una mesa pidiendo tostadas, café (siempre hay algún tiquismiquis que pide té) o bollería fina al tiempo que miran alrededor a ver quién ha acudido a desayunar en el mismo lugar y a la misma hora. Mientras unos aprovechan para poner a parir a algún compañero, otros intentan hacerte partícipe de sus preocupaciones (si va a hacer obras en una casa: es capaz de dibujarte hasta la última opción que se le ha ocurrido; si su hijo no estudia: descuida que te enterarás de hasta el último detalle de su colegio; que quiere cambiar de coche: no quedará modelo en el mercado del que no seas informado de los pros, contras y recontras, precios incluidos) y esto, queramos o no, es inevitable.

Mientras la subespecie masculina intercala comentarios sobre las mujeres que entran o salen o desgraciadamente no están presentes para valorarlas, la otra subespecie (la femenina) ilustra sus conversaciones con detalles acerca del maquillaje de esas otras compañeras que entran, salen o desgraciadamente para ellas no están presentes para defenderse.

De acuerdo, puede que existan más ejemplos y no todos ejemplares ni educados ni políticamente correctos pero ¿cómo sobrevivir a todo este cotilleo, bombardeo de información sobre vidas privadas y ajenas que no nos interesan, etcétera?

Seguiremos con el tema en la próxima lección.

9 de diciembre de 2008

Lección 14

CÓMO SOBREVIVIR AL SUEÑO


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que ese funcionario ideal que representamos a los ojos de nuestro jefe no se quede dormido sobre el teclado nada más llegar al trabajo, especialmente tras un puente.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Somnoliento. (Del latín Somnolentus: lento a causa del sueño) 1.Con pesadez y torpeza en los sentidos a causa del sueño. 2.Víctima de un estado mental inconsciente pre-despertador.

Hace unas semanas, en la Lección 11, establecíamos la incongruente obligatoriedad de acudir al trabajo a la temprana hora de las ocho de la mañana. Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Es una tradición, recordemos.

Sin embargo, esta tradición (inhumana como ninguna) de hacernos levantar al alba, casi de madrugada, entraña ciertos peligros para el organismo (organismo físico, no público) como cansancio (físico, no público) desestabilización emocional y, en el 99% de los casos estudiados, una somnolencia extremadamente peligrosa que puede dejarnos en evidencia ante los jefes (si aparecen) y compañeros (si nos oyen roncar).

¿Cómo sobrevivir al sueño que te entra nada más relajar tus posaderas en la silla? La hora peligrosa es entre las ocho y las nueve de la mañana. En esa fracción de tiempo (hora) debemos evitar a toda costa estar callados. Hablar de las cosas que te ha hecho tu cónyuge/a o de las series que pusieron anoche por la tele ayuda a la mente a ponerse en funcionamiento reordenando hechos pasados y evitar el primer bostezo. Ordenar los papeles de la mesa, aunque no haga falta, pone en movimiento las manos y hace que el consumo de energía en nuestro cuerpo encienda el piloto de Despierto. Otra técnica muy común en ministerios grandes y en Japón es la de aprovechar esa primera hora para repartir oficios, notas interiores o cualquier otra cosa que deba ir en mano de un despacho a otro. Mover las piernas siempre ha evitado que nos durmamos, pero ojo: en Hacienda se han dado casos de funcionarios que se han quedado dormidos mientras caminaban. Es lo que se ha dado en llamar Zangoloteo Administrativo Sonámbulo (ZAS). El riesgo, más que ser despedido, es de despeñarse por una escalera o chocar con alguna subjefa de mal talante.

Pero también puede ser que la somnolencia sea irremediable. En tal caso, hay que recurrir a medidas desesperadas.

Es una escena habitual, podemos decir con orgullo, que algunos funcionarios, poniendo en práctica nuestras avanzadas técnicas, disimulan la caída de ojos fingiendo estar concentrados en algún papel, las manos en las sienes en actitud pensativa para que no se note que tiene los ojos cerrados (si uno duerme así más de diez minutos puede que su jefe piense que está trabajando intelectual e intensamente). Uno puede también cerrar los ojos un momento simulando enfado: cierras los ojos y meneas la cabeza lentamente de un lado a otro como si hubiera encontrado algo muy mal hecho (se puede dormir así unos segundos sin que nadie lo note). También hay quien es capaz de dormir abriendo mucho los ojos fingiendo que mira atentamente un gráfico de Excel o, en el peor de los casos, hay quien se encierra en el WC para dormir unos minutos. Eso sí: sin olvidar poner el despertador en el móvil.

1 de diciembre de 2008

Lección 13

CÓMO SOBREVIVIR AL SEXO EN EL TRABAJO


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir hacer realidad esa vieja fantasía erótica de echar un polvo en el trabajo (o no perder la cordura en el intento).

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Sexo. (Del latín Sexus: eso) 1.Condición orgánica que distingue al macho de la hembra en los seres humanos, animales y en las plantas. 2.Mito a partir de los cincuenta. 3.Misión imposible en el trabajo.

Bien, sin ánimo de ofender a las mentes bien pensantes, tenemos que abordar esta lección porque ¿quién no ha soñado alguna vez con tener sexo en el trabajo? Todos, claro. Pero, ¿por y para qué?

No carece de morbo (y esa es la cuestión). Pensemos en ese cuartito de la fotocopiadora, siempre caldeadita porque la máquina no deja de funcionar, con su pestillo y el aliciente de la pantalla y la posibilidad de hacer mil copias de una sola vez, como dibujos animados. ¿Y el ascensor? ¿Cuántas veces no nos hemos quedado encerrados en el ascensor y nunca ha sido a solas con la chica esa del registro? O esa garita del guardia de seguridad, tan cerca de la calle, donde nunca entra nadie. Y (¿cómo no?) el despacho del jefe, siempre fuera en alguna reunión, con su confortable supersillón giratorio. Aaah. Y si tiene vistas, ya, si tiene vistas, el no va más.

De acuerdo, es un mito al que todos nos gustaría acceder, pero subir al Olimpo de los mitos en el trabajo no es un camino de rosas. Es peligroso. Naturalmente. A nadie se le ocurriría llevarse a su pareja a la oficina en horas de trabajo para hacerlo. Y el sexo esporádico (las parejas esporádicas) tienen factores de riesgo como las enfermedades venéreas, los gatillazos producidos por los nervios o (¡lo que es peor!) el cotilleo del que todo el mundo termina enterándose.

No quiero decir con esto que el riesgo quite morbo al asunto. Es lo suyo. Una aventura en el trabajo sin el morbo del peligro ¡no tiene sentido! Un polvo casual sin la posibilidad de que el cotilleo llegue a todos los compañeros ¡no es nada para un tío!

Sin embargo, las estadísticas, siempre claras y fiables, nos indican que de todas las mujeres casadas de España sólo el 23% admite que alguna vez se plantearía la posibilidad de tener sexo extraconyugal (por suerte para ellas, el 99% de los hombres casados sí querría) mientras que las solteras lo harían en un 56% si alguien les vende algo romántico, pero (esto es fundamental) sólo el 9% del personal del otro sexo nos parece atractivo (perfecto, el 0%). Las posibilidades de echar horas extras disminuyen con la crisis al 2% de los funcionarios, mientras que la posibilidad de coincidir con alguien en un turno íntimo como el de tarde o el de noche, incluso sumando a los que hacen horas extras, es menor del 5%, por lo que sin hacer muchas matemáticas podemos afirmar que tenemos una posibilidad del 0,0025% de coincidir en un turno con alguien que nos guste y que además esté dispuesto a una aventura ocasional. Eso sí: las probabilidades de que el resto de la Delegación se entere son del 89%.

Una vez que sabemos todo esto. Pasemos a la conclusión: Nunca tendremos sexo en el trabajo. ¿Por...? Compañeras, compañeras, ¿se parece alguno de los hombres de la oficina a George Clooney? Nooooo. ¿Creéis de verdad que, si tuvierais la oportunidad, se iba a semejar alguno de ellos al Duque desnudo? ¡Por supuesto que no! Y vosotros, compañeros, queridos compañeros, cerrad los ojos y recordad los labios de Scarlett Johansson o los ojos (sí, dejémoslo en los ojos) de Angelina Jolie. Ahora abrid los vuestros. Mirad a la compañera de enfrente, la que gruñe los buenos días. ¡¡Aaaaaaaaaah!!

24 de noviembre de 2008

Lección 12

CÓMO SOBREVIVIR A WINDOWS


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que trabajemos lo que trabajemos durante la jornada laboral, ni el Windows ni Bill Gates nos amarguen la vida.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Windows (Del inglés Güindous: lugar por donde debían salir del trabajo todos los ordenadores) 1.Lo que hace ruidito dentro de tu ordenador cuando estás trabajando. 2.Sistema operativo diseñado por Bill Gates en 1985 como interfaz gráfica para su propio sistema operativo MS-DOS. 3.Fuente de problemas de todos los funcionarios con ordenador. 4.Fuente de problemas de todos los informáticos no linuxeros ni maqueros del mundo.

Suele ocurrir que el día que queremos quitar todo el atraso de la mesa (también ocurre cuando tenemos un correo importante que enviar a los colegas) el ordenador se pone chulo con un mensajito del tipo “No se pudo conectar el cliente. No se puede conectar a la consola desde una sesión de consola del mismo equipo". Pero, ¿qué cliente ni qué pepinillos en vinagre? Si esto es la Administración. Como mucho, tenemos proveedores, pero clientes ni hablar. O este otro mensaje: “Error: falta memoria. La sesión remota se desconectará”. ¿Por qué? Si me falta memoria, ¿por qué se desconecta de la sesión remota? ¿Quién me va a prestar la memoria que me falta?

Pero, ¿por y para qué aparecen estos mensajes? Nadie lo sabe. Hay quien dice que son para liar a los informáticos, para que justifiquen su trabajo, pero yo los veo siempre dudar, preguntar qué hemos hecho como si estuviésemos detenidos y, al final, siempre apagan y reinician el ordenador y te dicen: “Bueno, creo que ya puede seguir trabajando” y no se te ocurra preguntarles qué han hecho o qué había pasado, porque te ponen cara de ¿cómo lo voy a saber yo si eras tú el que estaba trabajando con el ordenador?

En fin, que uno sigue intentando terminar lo que ha hecho y deseando que la puñetera conexión con el servidor a donde van tus datos (que debe estar en un búnker impresionante, custodiado bajo tierra por cien o doscientos de estos informáticos con cara de policía duro) no se vuelva a jorobar, porque entonces te van a temblar las piernas mientras marcas el número de Informática.

¿Qué hacer, entonces? Lo mejor, aprender informática casera. ¿Qué necesitas saber? Poca cosa: la primera) si se cuelga el ordenador, lo desenchufas y lo vuelves a conectar; la segunda) si da un error, preguntar al de al lado y, si no sabe de qué va, desenchufar y volver a conectar; y la tercera) en el caso de que tengas que volver a llamar a Informática, echarle la culpa al sustituto de verano o, si es en enero, a la compañera más sexy de la Sección, la que seguro que no se lleva una bronca del friki-informático-policía-duro.

17 de noviembre de 2008

Lección 11

CÓMO SOBREVIVIR AL HORARIO LABORAL


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir llegar a las tres de la tarde sin perder el juicio. Ni más ni menos.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Horario. (Del latín Hora, horae: espacio de tiempo... o algo así) 1. Uno de las siete fracciones de tiempo en que se divide la jornada laboral. 2.Espacio de tiempo infinito entre un café y otro. 3. Espacio de tiempo infinito entre un cigarrito y otro.

Suele ocurrir que el deber de todo funcionario de pro implica la obligación de levantarse temprano para cumplir con la obsoleta tradición de llegar a las ocho al Ministerio.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Es una tradición que viene de un año que hubo un apagón en Fin de Año y no se pudieron comer las uvas en un Ministerio y, desde entonces, alguien decidió inaugurar la tradición de poner un reloj en la puerta de cada organismo público.

Llegar a la hora no es complicado. Ni siquiera difícil. Uno puede llegar dentro de esos 15 minutos de cortesía y ha cumplido con lo pactado en el contrato, incluso puede darse por satisfecho si llega antes de que quiten la firma si de lo que se trata es de firmar. Entonces, uno estampará su rúbrica, constará en el registro que ha ido a trabajar y podrá gritar a los cuatro vientos que su firma vale dinero. Es más: en el caso de que seas uno de esos personajes grises a quienes tanto su jefe como sus compañeros ignoran, incluso podrías irte a casa, ya que la firma demostrará fehacientemente “que has ido a trabajar”.

Ahora supongamos que te quedas en el trabajo. Puedes trabajar, por supuesto, pero ¿siete horas seguidas?

Existen formas de hacer amena la jornada (sí, de veras) como, por ejemplo, organizar el trabajo de manera que no hagamos durante las siete horas lo mismo, cambiando de hora en hora de tarea (esto contribuye a que nada se quede atrasado o todo lleve el mismo retraso) o también guardar algún correo sin abrir (leerlos todos del tirón conlleva que en algún momento de aburrimiento no sepa uno qué hacer) o cada cierto tiempo dejar la ventanilla o el MSWord para darse una vuelta por los otros despachos, cambiar de aires (acondicionados), cambiar impresiones, hacer recuento de compañeras de buen ver, enterarnos de los últimos cotilleos, etcétera, etcétera, y eso sí, nunca nos debemos olvidar el café de media mañana, con su tertulia, sus discusiones...

De acuerdo, hay momentos en que nada de esto sirve. Es una escena muy normal la del compañero que pierde los nervios en el mostrador, por ejemplo. Siempre es por culpa del estrés producido por la jornada continuada de 8 a 3. Es entonces cuando debemos plantearnos si podremos aguantar nosotros. ¿Soluciones? Las básicas de toda la vida (ni siquiera tendría que haber dedicado una lección a este tema): salir a las menos cuarto, pasar todo el tiempo posible en los recados de departamento en departamento, en el baño, en el ascensor, en el Tetris, inventar alguna excusa para salir un rato a tomar el aire (ir al médico, llevar a alguien al médico, que alguien nos lleve al médico, que el médico se lleve a sí mismo, solucionar un problema –que siempre los hay– en la oficina de Telefónica, llevar/traer el coche del taller, recoger un móvil nuevo y mejor que el de la semana pasada) o, directamente, pedir una hora de asuntos propios que, como no nos la darán, hará que el jefe inmediato inicie una discusión acerca del tema, una discusión amena y entretenida que, con un poco de suerte, nos tendrá enredados hasta las tres menos cuarto.

10 de noviembre de 2008

Lección 10

CÓMO SOBREVIVIR A LOS PUENTES


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir, por el bien común, entender por qué hay siempre un compañero que quiere el punte que tú tenías planeado coger.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Puente.
(Del latín pons, pontis: te pongas como te pongas) 1.Construcción de piedra, ladrillo, madera, etc. que se construye sobre los puentes y fosos para pasarlos. 2.Pequeña pero interesante oportunidad de pillar unos días seguidos de vacaciones cuando no es vacaciones.

Suele ocurrir que el día que se nos ocurre decir en el trabajo “He pensado cogerme el puente de...” siempre hay alguien más listo (o más rápido) que tú ¡que ya lo ha cogido! Da igual que estemos en noviembre y hablemos del puente de la Constitución o que estuviéramos en navidad y hablásemos de Semana Santa. ¡Ya lo ha cogido!

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. ¿Cómo puede saber si le vendrá bien irse de viaje dentro de un mes o de seis?

Es una escena que se torna dramática cuando vas a hablar con tu jefe inmediato y le llevas tu solicitud de permiso cumplimentada y firmada con tu mejor letra y tu mejor firma y le explicas que quieres pedir el puente de la Inmaculada y él te pregunta cómo es que lo quieres pedir con tanta antelación y tú te callas que no quieres que te lo quiten, y tu jefe te dice que no puede ser porque tu compañero de despacho ya lo ha pedido y no os podéis ir los dos a la vez y te quedas con las ganas de agarrarle por el cuello, ponerle un pie en el pecho y gritarle: “¿Y te parecía precipitada mi petición?”

De acuerdo, puede que lo único que tú pretendieras fuera quedarte en casa durmiendo un día más, empalmando el festivo con el fin de semana para que la cirugía estética de la almohada cambie tus arrugas de estrés por arrugas de sábanas, pero ¿y qué? Puede que lo único que quisieras fuera llevar los niños a casa de tus padres en el pueblo para que no sigan echándote broncas por descastado (con lo que cuesta llevar a los niños a sitios así), pero ¿y qué?

Es tu derecho. Y ningún sindicato lucha en contra de los acaparadores de puentes, contra los mafiosos capitalistas con días de asuntos propios de sobra cuando hay tanta gente con falta de días. Qué mal repartido está el mundo. Cuánta injusticia.

3 de noviembre de 2008

Lección 9

CÓMO SOBREVIVIR A LOS OBJETIVOS


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir entender por qué, si cumplimos los objetivos, el jefe cobra quince veces más que nosotros.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Objetivo. (Del latín objectus: meta imposible) 1.Meta imposible que las mentes pensantes que se mueven a nivel ejecutivo piensan que tienes que cumplir. 2.Nivel de trabajo que tu jefe inmediato piensa subjetivamente que tienes que cumplir. 3.Paga correspondiente al cumplimiento de dicha meta que sólo cobrarás si tu jefe piensa que debes cobrarla.

Suele ocurrir que desde el director general de más arriba hasta el ciudadano de a pie que más cojea piensan que el funcionario no trabaja. ¡No es cierto! Curramos en sótanos grises sin luz artificial, en deshumanizadas oficinas llenas de máquinas y en despachos de aire enrarecido por el funcionamiento sincronizado de docenas de ordenadores, por el papel acumulado por la falta de lugares donde archivar. Suele ocurrir que, a raíz de este pensamiento absurdo y con ansia de justificar lo que está a la vista, las cabecitas pensantes de los niveles directivos han creado Los Objetivos.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Se reúnen con dietas de por medio en reuniones interdepartamentales, dejan que sus mentes vaguen por el infinito ministerial en una orgía de brainstorming y se dejan llevar por la misma imaginación calenturienta que aquellos hombrecitos grises de La Censura. Entonces, deciden que para saber si trabajamos (o para justificar las reuniones) definen unos objetivos que tenemos que cumplir cada año, mes o cuatrimestre, fórmulas matemáticas que indican si hemos enviado el número mínimo de oficios o despachado el promedio ideal de solicitudes. Un ejemplo:

OB= (NR x 100) / NC

Donde NR es el número de solicitudes recibidas y NC el número de solicitudes tramitadas, la fórmula nos daría OB, o sea, el valor del objetivo conseguido. Si nuestro objetivo fuera 100, tendríamos que haber tramitado el mismo número de solicitudes que las recibidas, si nuestro objetivo fuera 50, tendríamos un objetivo justo.

De acuerdo, puede que saber si trabajamos al 100% sirva para justificar la eficacia de los jefes intermedios (y no tan intermedios), pero todos sabemos que un objetivo que analice al funcionario es injusto. Véase la siguiente fórmula: si el número de solicitudes recibidas en 2007 fue de 1.562 y conseguimos tramitar dentro de plazo 1.278 (sea cual sea el porcentaje) con el sudor de nuestra frente, cobrando una paga por objetivos de 400€, ¿por qué el inútil del jefe se lleva 7.000€ si lo único que ha aportado es su firma... deprisa y corriendo?

Sólo nos queda la Filosofía como consuelo, y para ello, permitidme citar al Señor Smith cuando en Matrix reloaded dice: “No hay razón para negar el objetivo porque ambos sabemos que sin un objetivo no existiríamos. Es el objetivo lo que nos ha creado. El objetivo nos vincula. El objetivo nos motiva. Nos guía. Nos mueve. Es el objetivo lo que nos define. El objetivo nos mantiene unidos.”


27 de octubre de 2008

Lección 8

CÓMO SOBREVIVIR A LOS CARGOS INTERMEDIOS


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir mantener la cordura cuando un jefe, que a su vez tiene por encima otro jefe, te pide cosas incoherentes o en discordancia con las órdenes del otro.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Cargo intermedio
. (Del latín cargans, cargantis: pesado) 1.Jefe de algo que depende de otro jefe que depende de algunos jefes más. 2.Individuo que se cree un jefe cuando en realidad es otro subordinado.

Suele ocurrir que el jefe que uno tiene al lado, ser idolatrado y en apariencia único, es en realidad una trinidad.

Pero, ¿por y para qué existen estos jefes? Nadie lo sabe. Se piensa que su utilidad viene de antaño, cuando la Administración era aún un reino oscuro donde para rellenar un impreso de situación familiar había que introducir un calco entre original y copia y pronunciar las palabras mágicas “Vuelva usted mañana”.

Es una escena habitual en nuestros despachos: nuestro jefe entra y nos pide lo imposible (“Hágame este informe rápidamente”) y pone por excusa que tal o cual jefe lo ha pedido. Descubrimos entonces que nuestro jefe, El Gran Jefe, no es el Unico Jefe y que por encima de su cabeza hay otro jefe que le pide a él informes para que él nos lo pida. ¿Quién es entonces nuestro jefe? La respuesta es bien sencilla: un cargo intermedio, una marioneta a las órdenes del verdadero jefe, que es quien mueve los hilos.

De acuerdo, puede que parezca increíble, pero es más complicado de lo que parece, porque por encima del jefe de nuestro jefe hay en ocasiones otros jefes y por encima Jefes de Sección, Subdirectores, Directores, Directores Generales, Directores Gerentes, Administradores y ¡quién sabe qué otro tipo de fauna jeferil!

El consejo de este humilde profesor de supervivencia: creer siempre al jefe cuando nos amenaza con que “lo han pedido desde Arriba” porque puede ser cierto. Atención: he dicho creerle. No significa: ponerse a trabajar como locos porque el de Arriba, si le aprieta las tuercas a alguien no va a ser a ti. Va a ser a tu jefe.



20 de octubre de 2008

Lección 7

CÓMO SOBREVIVIR A LA FOTOCOPIADORA


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que una simple máquina no nos amargue la vida.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Fotocopiadora. (Del griego photos: luz que nunca nos ilumina) 1.Máquina que sirve para duplicar documentos sin que ello se pueda considerar piratería.

Suele ocurrir que el administrativo considere la fotocopia como uno de sus mejores aliados hasta que ocurren dos cosas que cambian su forma de pensar: la primera) cuando llega el tipo de Riesgos Laborales y le dice que si levanta la tapa producirá una catástrofe ecológica porque la luz de la fotocopiadora rompe las moléculas de oxígeno del aire produciendo ¡ozono nocivo! (pero... pero... ¿no estábamos todos de acuerdo en proteger al ozono? ¿Por qué es nocivo con nosotros?), y la segunda) cuando alguien de la mesa de al lado bloquea la máquina y te pide a ti (con toda la gente que hay alrededor) que le ayudes a desatascarla.

Pero, ¿por qué a ti? Nadie lo sabe. Es una escena habitual en nuestra Administración que sin comerlo ni beberlo te veas implicado en una lucha a muerte con la fotocopiadora más cercana. La culpa la tiene siempre el/la más inútil del despacho. Jamás la más sexy. Ocurre cuando tú estás haciendo otra cosa (informes, powerpoints, correo–e) y oyes tacos al otro lado del despacho. Miras (con curiosidad, porque normalmente nadie levanta la voz) y descubres que la maldita fotocopiadora está jodiendo a alguien y se niega a expulsar el papel que tan primorosamente ha fotocopiado. Haces como que lo ignoras, por supuesto, pero como eres el único que ha levantado la cabeza de sus powerpoints, te miran con ojitos de cordero degollado y te piden “¿Puedes ayudarme? Parece que la fotocopiadora se ha atascado.” ¿Tengo cara de técnico de fotocopiadoras? Sinceramente, pienso que no, pero siempre acabo metiendo la mano y sacando el jodido papelito.

Algunos consejos:

Primero) ¡La fotocopiadora es un invento del demonio! Trátalo con respeto y ella te respetará a ti.

Segundo) ¡Cuidado si la abres para rescatar un papel! Hay partes dentro de la fotocopiadora que queman. Sí, ya sé que hay pegatinas que lo advierten, pero ¿quién las lee?

Tercero) ¡Nunca cambies el tóner! Para eso está el técnico. Tienes su teléfono al lado. El tóner es polvo, un derivado del petróleo, un polvo tan ligero que de un solo golpe forma una nube negra capaz de manchar convertirte en un borrón en segundos.

Cuarto) Si te manchas de tóner, lávate con agua fría. El calor fija el polvo del tóner de forma permanente. Ah, por eso las fotocopias salen calientes. Ya veo que lo vas pillando.

14 de octubre de 2008

Lección 6

CÓMO SOBREVIVIR A LA CRISIS


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que todas las alusiones a la crisis nos entren por un oído y nos salgan por el otro sin estremecernos pensando en la nómina.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Crisis. (Del latín Crisis: problemón) 1.Situación de un asunto en la que está en duda la continuación, modificación o cese. 2.Escasez, carestía. 3.Excusa para congelar los sueldos de los funcionarios.

Suele ocurrir que, aunque administremos bien nuestros sueldos y nuestras tarjetas, aunque los precios no suban y aunque el gobierno que esté al mando lo haga a las mil maravillas, ocurren procesos indefectiblemente indefectibles que avocan la economía de un país (o de un hogar) a situaciones de “desaceleración económica no preocupante” o incluso de “coyuntura no favorable de la economía española”.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Es una tradición que viene de antiguo: cuando creemos que van bien las cosas y nos atrevemos con un préstamo bancario (¡sí, las hipotecas son préstamos!) van las cosas y se tuercen. Entonces, los responsables toman medidas para paliar los efectos colaterales y llevarnos a todos a buen puerto. ¿Quién se embarcaría en una nave en la que no confiara? La respuesta: los funcionarios.

La primera medida que toman todos los gobiernos es echarle la culpa a la oposición o, en su defecto, a los jeques del petróleo o, si siguen sin convencer, a los americanos. Esta medida, como se puede ver, no ayuda demasiado a nuestras economías de nómina fija.

La segunda y muy popular medida (nunca sé si popular se refiere al PP) es prometer que no se perderá ningún tipo de derecho fundamental relacionado con subsidios, subvenciones y cobro del paro. ¿De qué vivirían en Andalucía si no? Esta medida tampoco ayuda a todos los funcionarios por igual.

La tercera medida que toman las administraciones es ahorrar (en aire acondicionado, en obras públicas, en actos públicos), pero ellos NO SON los que tienen que ahorrar. La crisis (perdón por la palabra) la tenemos los asalariados, no la Administración ni, por supuesto, los altos cargos.

La cuarta medida es como la anterior: una forma de recabar dinero para la Administración, pero no para asegurar las economías individuales: reclamar la deuda histórica. Pero ¿y las comunidades que ya la han cobrado?

Quinta medida, menos popular: no renovar a los contratados, no suplir las bajas por enfermedad, no cubrir las vacaciones con personal eventual... Sigue siendo lo mismo: ahorra la Administración pero no nosotros. Además, crear puestos de trabajo ¿no sería una buena medida para paliar la cr....?

Sexta y fatal medida. ¿No nos imaginamos todos que, tarde o temprano, terminarán por congelar los sueldos de los funcionarios para combatir la parte de crisis que atañe a la Administración?

De acuerdo, nada de esto nos ayuda a nosotros. Entonces, ¿cómo sobrevivir entonces a la (que nosotros SÍ llamamos) crisis?

A todas estas medidas, hermanos funcionarios solidarios, podemos contribuir ayudando en la medida de lo posible en nuestros ministerios y delegaciones, para agilizar la pronta cumplimentación de documentos, la filtración de rumores necesarios, acelerando la propaganda y, si es posible, apagando el aire acondicionado, colaborando con los jefes, haciendo un poco más la pelota, buscándonos un enchufillo por ahí para trepar un poco, ganarnos una jefatura de negociado, en fin: buscarnos las habas para ganar algo más porque, si no, la cosa va a ponerse muuuuuuy fea. Eso... o hacer una huelga general.

6 de octubre de 2008

Lección 5

CÓMO SOBREVIVIR AL AIRE ACONDICIONADO


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir llegar al viernes sin resfriarnos a causa del mortal aire acondicionado en las oficinas de la Administración.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Aire acondicionado (Del americano Air Conditioned: ay, qué frieission) 1.Aparato moderno y guay para acondicionar la temperatura en verano hasta niveles aptos para la supervivencia humana durante la canícula de agosto. 2.Aparato maldito que algún esquimal manipula cuando no estamos para bajar la temperatura hasta límites intolerables.

Suele ocurrir que hay quien no se resigna a que se acabe el verano (véase la "Lección 3: Cómo sobrevivir a la vuelta de las vacaciones") y sigue insistiendo en que hace calor cuando la realidad es que ha llegado octubre y el termómetro ha bajado más que los Índices de Crecimiento del Gobierno.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Llegas a las ocho y cuarto de la mañana, más puntual que un costalero el viernes santo, dejas tu chaqueta, pullover o cárdigan en la percha, te sientas en tu mesa antes de que tu jefe pueda reclamarte los informes atrasados, te poner a leer los correos atrasados, que esos sí que corren prisa, y de repente ¡Atchús! El estornudo de tu vida. ¿Quién c*** ha puesto el aire acondicionado? Y siempre contesta ese compañero que viene con jersey, camisa de franela y camiseta interior. “Es que hace calor”, argumenta.

Con este tipo de individuos, suele ser inútil la negociación. A los sindicatos, como tampoco sirven para nada, ni los llamamos. Los de Riesgos Laborales estarán diseñando sus trípticos y sus cursillos, de modo que tampoco van a acudir. El jefe no para en el despacho, de modo que tampoco nota las condiciones infrahumanas que sufrimos en nuestro iglú. Tampoco sirve de nada, por supuesto, ponerle sobre la mesa la normativa que sacó el Gobierno en verano para mantener la temperatura en los edificios oficiales en 26 grados (o en su defecto 12 menos que la temperatura exterior, lo que obligaría a los sevillanos, por ejemplo, a poner sus aires acondicionados en agosto a 28 ó 30) pero esta normativa no sirve de nada en octubre porque 12 grados menos de los 20 del exterior es no sólo un suicidio administrativo sino darle la razón al maldito compañero del jersey.

¿Qué hacer, pues? En este caso, sugerimos silencio administrativo y salir de compras a buscar una rebequita tipo funcionario que haga juego con nuestros ojos. Otra opción sería esperar a que se jubilara el compañero o consolarnos día tras día con el efecto que produce el aire acondicionado extremo en los jerseys y camisas de las compañeras más jovencitas.


29 de septiembre de 2008

Lección 4

CÓMO SOBREVIVIR AL CAFÉ DE MEDIA MAÑANA


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que, después de pasar un buen rato con los compañeros en la cafetería o junto a la máquina de café, no se nos haga cuesta arriba volver a la mesa de trabajo a seguir con lo que se supone que son nuestros deberes.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Café
(Del árabe qwafé: en serio) 1.Bebida de los dioses que podemos permitirnos un ratito (o dos) para desayunar. 2.Local donde sirven esta bebida y donde siempre, si vas acompañado de compañeros (en masculino) encuentras una camarera que está buenísima.

Suele ocurrir que el cuerpo humano no está ni de lejos dotado para soportar siete horas de trabajo cinco días a la semana de un tirón. Es por eso que la Dirección General de Sanidad, a quien Dios se lo pague con muchos hijos, decidió en su día establecer la prioridad prioritaria de establecer pausas en el trabajo para tomar café.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Bueno, existen teorías como la de que se estableció esta norma con el objetivo de que los obreros repongan fuerzas, pero nosotros los funcionarios no parecemos obreros ni de lado. Además, si tenemos en cuenta que ya existen las llamadas Pausa del Cigarrito y la Pausa Para Ir Al Baño, se entiende menos.

Pero, ¿quién iba a desperdiciar la ocasión? Son 20 minutos alejados del monitor o del modelo 110, que bien pueden ser 45 si uno se apunta a la excusa de que el ascensor se ha vuelto a joder o de que te pilló tal o cual jefe de negociado en la cafetería y estuvisteis haciendo pasilleo (Del latín pasillare: solventar problemas o gestionar asuntos del trabajo en lugares ajenos al despacho, tales como pasillos, cafeterías, urinarios múltiples). Son buenos ratos en los que puedes comentar con los compañeros esos powerpoints que te han llegado y que vas a reenviarles dentro de cinco minutos, en los que puedes poner a parir a alguno que aparezca por la cafetería o a algún otro que nunca aparece.

¿Cómo sobrevivir al hecho de que estos ratos tienen principio y final? ¿Cómo sentarse y recuperar el ritmo de trabajo?

Primero. Humedécete los labios, frunce el ceño y ordena un poco la mesa. Parecerá que estás concentrado en tus cosas desde hace rato.

Segundo. Abre el Outlook y reenvía esos jodidos correos. Te parecerá que aún estás con tus amigos y te dolerá menos.

Tercero. Ponte a trabajar de nuevo. Lo sé: duele, pero no hay más remedio. Empieza por algo simple, que no requiera de excesiva atención ni control, para ir dando tiempo al cerebro a reponerse. ¡Y cuidado con esas sonrisitas que se nos escapan recordando los chistes del desayuno!

22 de septiembre de 2008

Lección 3

CÓMO SOBREVIVIR A LA VUELTA DE LAS VACACIONES


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir reincorporarnos al trabajo después de las vacaciones sin que el esfuerzo nos queme las neuronas hasta el punto de querer prender fuego al despacho.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Septiembre (Del latín september: se siente) 1.Mes maldito donde los haya. 2.Destino al que conducen todas las vacaciones. 3.Periodo del año en el que la mayoría de los funcionarios volvemos de vacaciones, con el consiguiente deterioro moral y físico.

Suele ocurrir que el 80% de los compañeros (si el jefe no se ha empeñado en hacer turnos o sorteos) toma sus vacaciones en el sagrado mes de agosto. La consecuencia, por tanto, es que ese 80% se reincorpora el 1 de septiembre (salvo que haya puente, festivo o excusa de por medio) con el ánimo traspuesto y el cuerpo hecho polvo. La acumulación en pasillos y despachos de tipos ojerosos con aspecto de no haberse levantado jamás a las 7 de la mañana, de compañeros más tostados que Julio Iglesias, empeñados en contar sus batallitas de playa y chalé, supone un riesgo para la salud. A pesar de todo, nos empeñamos en volver en septiembre, a la par, cuando podríamos escondernos y hacerlo el 1 de octubre o de noviembre o (¿por qué no?) de diciembre. No, casi todos volvemos el 1 de septiembre.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Es una escena tan habitual como la de los jodidos ñus de los documentales de la 2. Los ñus de la 2 se pasan todo el p*** año pastando en el Serengueti, pero (sólo Dios y la BBC saben por qué) en cierta época del año se empeñan en cruzar todos juntos el río aunque saben que está infectado de cocodrilos. Naturalmente, los cocodrilos se zampan a un buen puñado de ñus, pero estos vuelven a atravesar al año siguiente ¡por el mismo sitio!

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Se supone que lo hacen porque en esa época el río está menos crecido y pueden atravesar al otro lado, pero ¡joder! ¿Por qué no se quedan allí para siempre? ¿No ven que si cruzan tendrán que volver a descruzarlo el año que viene?

Lo mismo nos ocurre a los ñus-funcionarios de a pie. Nos empeñamos en irnos de vacaciones en agosto aunque sabemos que septiembre va a ser terrible, que seguirá haciendo calor y lamentaremos no estar ya en la playa, que volverán a la par casi todos los compañeros (el ciento y la madre) con ganas de contarnos sus peripecias de verano, etc., etc. Y aún así nos empeñamos. ¿Qué digo nos empeñamos? NOS PELEAMOS por irnos en agosto.

De acuerdo, puede que el objetivo de esta lección fuera sobrevivir a las vacaciones, pero no se me ocurren soluciones, salvo dos y bien idiotas: 1) no irnos de vacaciones, y 2) hacerlo en junio para dar envidia a los que aún no se han ido y poder contarles doscientas mil batallitas antes de que lo hagan ellos... aunque luego les llegue su turno y no haya quien se salve.

15 de septiembre de 2008

Lección 2

CÓMO SOBREVIVIR AL LENGUAJE POLÍTICAMENTE CORRECTO/A


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir terminar una carta sin que la feminista recalcitrante de la mesa de al lado nos tache de machistas incultos fascistas insensibles.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Lenguaje (Del latín cuidadoconloquedices, –icis). Arma de doble filo aún más peligrosa que un enchufado de incógnito. Para algunos, antiguamente llamados mecanógrafos, y para otros, hoy llamados Servicio de Orientación al Usuario, es material de trabajo, pero la realidad es que es más trabajoso que trabajable.

Suele ocurrir que, para los que comenzamos en esto del funcionariado hace (pongamos por ejemplo) veinte años, la mayor dificultad a la hora de ponerse frente a la máquina de escribir (antigua herramienta mecánica, predecesora del MSWord) era saber si un oficio se dirigía a usted o a usía (Vd. ó Vs.), pero los tiempos han cambiado, como cantaba Dylan, y ahora que podríamos pensar que redactar una carta era más fácil porque a los jefes se les puede hablar de tú, surgió del barro del que está construida la moderna, y paritaria sociedad española, el Mito del Lenguaje Políticamente Correcto.

Pero, ¿para qué? Nadie lo sabe. De acuerdo que no se pueden usar palabras como “negro” porque el 99% de la gente (si no tiene una cámara de televisión delante) lo usa como término peyorativo (basta de demagogia: es verdad que la gente lo hace), pero ¡”subsahariano” es muuuucho más complicado de decir y de escribir! Lo mismo ocurre con la guerra de los sexos, que pensábamos que había terminado en los sesenta, pero que hay quien se empeña en continuar ahora y en los frentes más impensables.

¿Sirve de algo que al escribir una convocatoria ponga “el candidato/a deberá...” cuando es más fácil usar las palabras neutras aspirante, solicitante o pretendiente, por poner algunos ejemplos. ¿Sabe alguien lo que se sufre cuando tu jefe/a te está mirando/a y tú atiendes a un usuario/a de tu ministerio/a en la ventanilla/... y tienes que lucirte como funcionario de pro en el lenguaje administrativo: "Tiene usted que cumplimentar el C-35. Es este (impreso o impresa). Con letras de imprenta, por favor. Debe firmarlo también su marido (o su esposa). Después, debe entregarlo en el despacho de arriba (o de abajo), pero no olvide y rellenar los datos del banco (o de la banca) para pagar la tasa (o el tazón)".

Y encima te insisten en que, a la hora de informar al público, debes ser conciso y claro, procurar que el mensaje llegue claro y evitar términos burocráticos intragables.

8 de septiembre de 2008

Lección 1

CÓMO SOBREVIVIR A TU JEFE


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Terminar la jornada laboral (hasta las menos cuarto, por lo menos) sin odiar al jefe hasta el límite de buscar en eBay aparatos de tortura a buen precio.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Jefe (Del latín Caesar Caesar Sietes: licencia para matar). Subespecie de funcionario con mayor capacidad reproductiva en la nómina que ha llegado al despacho de al lado sin pasar por oposición. Una de sus características principales es la endogamia administrativa (casi toda su familia vive de algún puestecito en la Administración).

Suele ocurrir que, para justificar un gasto, la Administración genere un gasto mayor. Esto se llama Economía Invertida, pero nadie lo sabe. ¿Cómo ocurre? Es una cadena sin fin que comienza cuando un amigote de algún director general (o directamente un primo del Presidente de la Junta o del Ministro de alguno de los inexplicables ministerios actuales) es nombrado a dedo jefe de tal o cual departamento. A veces, incluso se inventan departamentos nuevos.

Pero, ¿para qué? Nadie lo sabe. El tal jefe nuevecito, nombrado a dedo, llega y se apaña un despacho, amenaza a los informáticos para que le coloquen un ordenador digno de su puesto y, cuando por fin se aburre de bajarse fotos y repasar powerpoints, decide demostrar que está a la altura moviendo algunas fichas. Comienza eligiendo un pelota y un chivo expiatorio. Ni que decir tiene que es mejor el primer puesto, aunque conlleva más trabajo. Para hacerse con él sólo hay que decir que sí a todo sin preguntar primero. Después se verá.

El segundo paso del jefe en su recién estrenado reino es gastar dinero. Esta es una táctica antigua y simple: si un departamento o ministerio no gastara dinero significaría que no hace nada, vamos: que es inútil. Por eso, los jefes intentan justificar su presencia en el puesto poniendo en marcha proyectos sin ton ni son. Ni son proyectos ni son ná, porque para proyectar algo hacen falta los técnicos y los técnicos necesitan tiempo para trabajar y un jefe necesita demostrar su iniciativa ante sus jefes YA. Porque sí: los jefes, a su vez, tienen jefes más arriba, una cadena infernal de órdenes y ganas de quedar bien que genera proyectos, informes, más proyectos, más informes y todas las reuniones necesarias (dietas y kilometraje incluidos). Estos proyectos, cuanto más absurdos, más innovadores y progres parecen y son, por tanto, más políticamente correctos.

Si entendemos esto, entenderemos la mitad de las paranoias de nuestro jefe inmediato y conseguiremos, al menos, saber por qué nos putea.

1 de septiembre de 2008

Introducción

CÓMO SOBREVIVIR AL ANONIMATO

Digamos que es condición sine qua non, un formalismo más dentro del manual de instrucciones que te insertan en la cabeza cuando te nombran funcionario: tengo que publicar todo esto de forma anónima para que no me quiten la jefatura de negociado que tanto peloteo me ha costado.

¿Por qué?

¿Tengo que enseñaros la nómina para que lo comprendáis?

A partir de hoy voy a intentar desgranar con método y sin descanso las claves que me han convertido durante los últimos veinte años en un superviviente de la Administración, en un funcionario de pelo en pecho, en un hombre hecho y derecho (esto es para que rimara con lo anterior) que no teme ni a los cargos intermedios ni a los lunes ni a la congelación salarial.

La clave es bien sencilla: hay que trabajar con eficiencia: economía de recursos (esto significa no gastar demasiado tiempo ni demasiado papel ni demasiada energía), no tocarle jamás las pelotas a tu jefe (o jefa, que suele ser el caso) y tener siempre a mano un par de frases comodín («Estoy en ello», «No ha llegado todavía», «Lo tiene la maldita impresora» o el más aventurado «Por supuesto, enseguida lo imprimo»).

Si tenéis siempre presentes estas claves, la vida funcionarial será para vosotros un camino de rosas.

Poco a poco, intentaré ir detallando los pasos a seguir en cada caso. Una lección por semana. No me pidáis más porque este blog no es lo único que tengo que hacer en la vida: tengo que dedicar también mi ratito a los powerpoints de mis amigos, a los correos subiditos de tono (que necesitan de una concentración especial y mucha coordinación oreja-dedos por si aparece alguien en el despacho) y, si a todo esto le restamos el rato del café, pues ya me diréis. Una lección por semana y que os entre bien en la cabeza. Cualquier cosa menos «la letra con sangre entra».

Es más: aunque parezca imposible y burocráticamente inviable, este manual puede y debe servir como tabla salvavidas a cualquier trabajador, funcionario o no, sindicado o no, administrativo o no, que quiera, necesite o no, mantener la cordura hasta el momento de la jubilación.

El lunes empezamos.

NOTA IMPORTANTE: Los colores de esta web están diseñados para aparentar de lejos una hoja de MSWord. Si crees que no engaña y que tu jefe puede saber desde la puerta del despacho que estás leyendo en internet, envía tu sugerencia de colores en Comentarios.

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