4 de mayo de 2009

Lección 33

CÓMO SOBREVIVIR AL FAX QUE NO LLEGA


OBJETIVO DE LA LECCIÓN


Conseguir que no cuelguen tu cabeza de la entrada por culpa de un fax que no llega.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Fax (Del latín Telefax, telefacis: luz que viene por teléfono) 1. Sistema que permite transmitir a distancia por la línea telefónica escritos o gráficos. 2. Documento recibido por este medio. 3. Documento aún no recibido por este medio.


Suele ocurrir que el procedimiento administrativo permite recibir documentos con la prestancia y rapidez que la Administración requiere gracias a un invento electrónico llamado fax. Sin embargo, esta misma celeridad acelera el comportamiento compulsivo-superior de tu jefe, que espera (siempre) que llegue el fax antes de que lo hayan enviado. En estos casos, cuando antes solía decir "Me va a llegar un fax" ahora dice "Estoy esperando un fax, ¿me la llegado", esperando que ya esté; cuando antes avisaba "Cuando llegue un fax a mi nombre, traédmelo a mi despacho" ahora dice, directamente, "Tiene que haber llegado un fax para mí, ¿quién me lo trae?". De la misma manera, cuando tu jefe pide un fax que alguien le tiene que enviar, la culpa de que no llegue es siempre tuya o, al menos, pagas tú las prisas y los platos rotos.

Pero, ¿por qué a ti? Nadie lo sabe. Es una escena habitual en nuestra Administración que sin comerlo ni beberlo te veas implicado en el incumplimiento de unas obligaciones que no te corresponden a ti. Un ejemplo bien claro es que tu única responsabilidad en la recepción de un fax sea:

1) permanecer de pie (¡firmes!) junto al aparato mientras transcurre el tiempo necesario para que llegue,
2) descolgar el teléfono y/o pulsar el botón Inicio cuando el aparato no funcione en modo automático,
3) transportar de forma expedita o fulminante el documento recién imprimido hasta las santas manos de tu jefe,

¿Qué más se nos puede pedir?

Es evidente que nuestro jefe/director/director general/subdirector/subdirector general/jefe de negociado/jefe de sección/etcétera espere mucho más, algo así como clarividencia y omnipresencia. Por eso y para sobrevivir a las invectivas propias de este tipo de procedimiento infernal, recomendamos las siguientes precauciones:

a) llamar lo antes posible al otro implicado en el envío para comprobar que todo va bien al otro lado del hilo telefónico. Si esto falla o se desconoce la fuente:
b) hacer un cursillo avanzado de ofimática zen para dominar el mundo electrónico o, en su defecto:
c) hacer un cursillo de control de las emociones para estar preparado para todo o, en su defecto:
d) hacer un cursillo de asertividad para aprender a decir que no o, en su defecto, si no nos van los cursillos:
e) huir a la cafetería cuando escuchemos (indirectamente) que nuestro jefe (o alguien) espera la recepción de un fax o, si el funcionario es más atrevido e impulsivo:
f) coger el coche, un taxi o un metro (si no vives en Sevilla) hasta el otro organismo (si está en la misma ciudad) y enviar tú mismo el fax.

Todos estos mecanismos de defensa son inútiles si el fax que tenemos la obligación de recibir es un documento personal de jefe tal como un presupuesto de persianas para su chalet o una factura de un frigorífico de El Corte Inglés. En estos casos, lo mejor es hacerse católico practicante, arrodillarse junto al fax, encender una vela y rezar.

3 comentarios:

Funcionario's blog dijo...

Madre mía, eres un crack.

¿A ver si hay una segunda parte, de cuándo nosotros intentamos enviar el fax y no hay manera de que pase?

Es lo que pasa en mi departamento, que cada 2 por 3 hay un problema de "error en la comunicación" y similares.

Un saludo, compañero funcionario.

In Dubio Pro Reo dijo...

He repetido como un mantra todos los mecanismos de defensa que propones hasta memorizarlos pero... tengo un problema. ¿Qué se puede hacer cuando uno es el único gilipollas que se ha tomado la molestia de leer la guía rápida de funcionamiento del nuevo fax, recientemente instalado?

marqus dijo...

¿Y si luego cuando llega el fax no se entiende absolutamente nada por culpa de la tinta o falta de ella, como suele ocurrir en una tecnología prehistórica ampliamente superada por el archivo pdf adjunto al mail con acuse de recibo?

Un saludo :)

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