23 de marzo de 2009

Lección 28

CÓMO SOBREVIVIR A LAS CONVERSACIONES EN EL TRABAJO


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que no nos despidan ni nos marginen ni nos crucifiquen por cualquier cosa que digamos durante la jornada laboral.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Charla (Del inglés Charly: chino al que hay que disparar). 1.Disertación oral ante un público, sin solemnidad ni excesivas preocupaciones formales. 2.Lo que se nos va por la boca cuando tenemos un rato para compartir con los compañeros.

Suele ocurrir que las preocupaciones que nos rondan la cabeza se sobrellevan mejor cuando salen al exterior en forma de palabras y las compartimos con los que tenemos alrededor. No es que así pierdan importancia ni que vayamos a aceptar los consejos de los demás, pero consuela sacarlas. Pero, ¿quiénes son los demás? Por supuesto, los compañeros/as funcionarios/as que trabajan con nosotros/as en el ministerio/a. Y son gente peligrosa.

En realidad, más peligro tenemos nosotros mismos, porque sólo nosotros seremos responsables de lo que salga de nuestra boca, a pesar de lo cual no hay que perder el miedo al prójimo. Advertido está.

Pero, ¿por y para qué? Naturalmente, para sobrevivir en esta jungla funcionarial. Bien es sabido que por la boca muere el pez y que en ocasiones la inquietud nos hace comentar en grupo cosas tan íntimas que sería mejor que no conociera nadie; que cualquier cosa que digamos podrá ser usada en nuestra contra, sobre todo teniendo en cuenta lo cotilla que es la gorda del archivo; y, sobre todo, que hay que evitar que se nos vaya la fuerza por la boca. Esto último es un gran problema porque suele ocurrir que, tomando un café, por ejemplo, aprovechemos el cambio de escenario y de figurantes para hablar mal de tal o cual jefe o de tal o cual compañera de la mesa de al lado que nos tiene más hartos que un mxoñrzwstkrrrrrxqt... Craso error.

Como hemos remarcado: Cualquier cosa que digamos podrá ser utilizada... Sí, ya sé que conocéis la frase. Es de cine. ¿Qué hacer entonces?

· En primer lugar, no hablar nunca mal de ningún jefe. Una regla universal dice que si hablas mal de alguien, éste terminará enterándose tarde o temprano. Esto, en el caso de los jefes, subdirectores y directores generales, es realmente grave.

· En segundo lugar, no comentes nada (demasiado) personal. Hará que cambie la imagen que tienen de ti tus compañeros y/o jefes. Es mejor pensar qué quieres que piensen de ti, cómo quieres que te vean, y que sólo comentes aquello que vaya a ir bien con esa imagen idealizada ¡que estás formando en tu mente!

· En tercer lugar, y siguiendo con el punto anterior, no comentes ningún hecho sentimental o sexual relacionado con tu vida privada. Si lo haces y comentas tus penas, pensarán que eres un fracasado; si cuentas batallitas, pensarán que eres un fantasma; y, si por un desliz provocado por la cafeína o por esa extraña euforia que fluye en el ambiente cuando todos los tíos del desayuno somos hombres, comentas algún tipo de deseo o extravagancia que hayas soñado con alguna compañera como co-protagonista, entonces ten por seguro que: 1) esa compañera y todas las que estén cerca de ella te verán como un cerdo hasta que se jubilen; 2) no vas a tener ninguna oportunidad con esa compañera ni con ninguna otra del organismo hasta que tú te jubiles; 3) tus compañeros no van a poder evitar comentarlo por ahí; 4) si te surge alguna oportunidad de tener sexo en el trabajo, será porque esta anécdota, fluyendo de departamento en departamento, habrá dado alas a la imaginación de la más desesperada y menos sexy de todas las funcionarias de la provincia.

Por todo lo expuesto y por lo que pudiera llegar, recuerda siempre esta regla fundamental de supervivencia: En el desayuno así como en el despacho, mantén la boca cerrada, macho. Dicho está, a los efectos oportunos.

2 comentarios:

Funcionario's blog dijo...

Monumental. Hay poco que decir.

Anónimo dijo...

¡¡Mi madre!! Y yo preparándome una oposición, pero... ¿dónde me voy a meter?
Este manual debería estar en el prólogo del temario.

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