9 de marzo de 2009

Lección 26

CÓMO SOBREVIVIR A LOS EXÁMENES DE SALUD LABORAL


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Conseguir que algo tan necesario como una entrevista con el médico de la empresa no merme nuestra salud ni mucho menos nuestra imagen en el trabajo.


VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Médico. (Del latín Medius, medianus: el que está en medio entre tú y tu salud) 1.En el caso del trabajo, aquel otro funcionario con bata que dictamina cada dos años si estás sano o para el arrastre. 2.El único compañero que te da un bote de orina un lunes por la mañana.

Suele ocurrir que, bien por nuestra seguridad o por la de la Adminsitración, es necesario vencer nuestra dejadez y dejar que un médico nos examine periódicamente para comprobar que seguimos estando vivos.

Pero, ¿por y para qué? Nadie lo sabe. Es una tradición que viene de cuando los funcionarios morían de infarto por exceso de trabajo (cosa que ya no existe) o de cuando se podía fumar en el trabajo (cosa que tampoco existe ya, creo) y habían quien tosía y esputaba constantemente en detrimento de la imagen pública del organismo en cuestión.

De acuerdo, hay que llevar una vida sana y para ello hay que someterse a algún examen médico de vez en cuando, pero ya es bastante bochornoso que te desnuden y te toquen, que te digan que tienes la espalda torcida (¡soy funcionario!) como para que también te pidan sangre (¡soy funcionario!) y te obliguen a donar parte de tu orina en un ejercicio ya de generosidad extrema.

CONSEJOS:

· El examen médico es superable siempre y cuando no comentemos con los compañeros las taras que nos han encontrado. Ellos siempre van a ocultar las suyas y terminarán sacando las tuyas a relucir en cualquier café o, lo que es peor, en cualquier concurso de ascenso.

· Los análisis son necesarios, pero degrada bastante nuestra imagen el vernos en una cola junto al jefe de negociado y a la chica sexy del Archivo con un bote de orina en la mano, supuestamente oculto en una bolsa arrugada de Mercadona, y poniendo cara de circunstancias. Es mejor llevar una mochila (tan a la moda hoy) o una supuesta bolsa de portátil en cuyo interior podemos esconder aquellos nuestros fluidos destinados al análisis.

· Los resultados no tienen por qué ser preocupantes ni aún saliéndosenos el colesterol de los límites que marca la ley (je, je: quise decir la salud) pero no hay que comentarlos con nadie y menos con el médico de la empresa: si no sabes interpretar esas cifras, acude a un médico privado o a tu primo el ATS, así todo quedará en casa. La discreción es fundamental.

Si, a pesar de todos estos consejos, el resultado el examen es desfavorable, siempre puedes ir con los papeles al médico de cabecera a pedirle una baja. Si, por otras circunstancias, trasciende y se hace público tu estado de salud, siempre puedes ir con los papeles al médico de cabecera a pedirle una baja. Si alguien se entera de esos tus íntimos problemas y los comenta en público riéndose de ti, siempre puedes ir con los papeles al médico de cabecera a pedirle una baja. Que digo yo, que para algo tendrá que servir esto de someterse a examen.

3 comentarios:

Funcionario's blog dijo...

Monumental, como siempre. Un saludo.

PD. A nosotros no nos obligan a pasar análisis periódicos.

In Dubio Pro Reo dijo...

¿Médico de Empresa? ¿Y eso que narices es? Debe ser que la Administración de Justicia es otra cosa. Este cuerpo serrano tiene 15 años funcionariales sobre sus espaldas y jamás ha pasado una revisión. (Por cierto, igual que la mayoría de las dependencias judiciales)

Kabra dijo...

yo una vez estuve de funcionaria... que tiempos aquellos mare mia...
no es tan malo.

claro que, en un blog que tengo por ahi dejado de la mano de diox, si que he relatado alguna vez la vision desde este lado de asquerosamortal a la que normalmente pertenezco y entonces ya, no es tan divertido, no.

los funcionarios y las rotondas, nadie sabe para que sirven pero no podriamos vivir sin ellos...

perdon por los acentos y los simbolos, se me ha desconfigurado el teclado y me trae de culo.

Bookmark and Share