8 de junio de 2009

Lección 38

CÓMO SOBREVIVIR SIENDO NOVATO (II)


OBJETIVO DE LA LECCIÓN

Profundizar en los conceptos desarrollados en la lección anterior. El funcionario no nace: se hace. La experiencia es un grado pero surge de un acto voluntario y traumático: la toma de posesión. A partir de ahí, todo el camino es hacia arriba.

VOCABULARIO IMPRESCINDIBLE

Empanado. (Del muy castellano Empanar: meter algo entre panes para zamparlo) 1.Masa de pan rellena de carne, pescado, verdura, etc., cocida en el horno. 2.Dícese del confuso mental y/o socialmente. 3.Novato que no ha recibido aún el don de la luz.

Suele ocurrir que, aparte de la falta de experiencia en el manejo de los documentos y las herramientas de la Administración, el funcionario recién llegado adolece también de una falta de experiencia laboral que se podría definir como empanada mental. Esto, que en otros ámbitos de la vida presupone un amuermamiento de los sentidos, implica en el funcionariado un riesgo al implicar ignorancias que se podrían malinterpretar como desacato, desidia o dejación de funciones.

Como explicábamos la semana pasada, en los primeros días de convivencia con la flamante plaza, el funcionario novato puede encontrarse con escollos que, cuanto más humanos, más peligrosos., que le hagan meter la pata. La Administración es una corte medieval en pleno siglo XXI. En ella, las jerarquías y los protocolos son más férreos que en tiempos del Cid Campeador. Examinemos los posibles escollos que podremos encontrarnos en nuestro bautizo de relaciones socio-laborales:

Ejemplo de escollo nº 1: ¿quién es el pringado aquí? Suele ocurrir que, entre los personajes que encontraremos en cualquier ministerio o ayuntamiento, hay siempre un pringado con título oficial. Es importante identificarlo porque es justo la persona con la que no debemos relacionarnos. Si frecuentamos al pringado, algún día heredaremos su puesto. ¿Cómo identificarlo, pues? No viste peor que nadie (como los frikies o los nerds de las películas) ni tiene granos en la cara. Es un individuo camaleónico y acostumbrado a pasar desapercibido, a pesar de lo cual siempre está ahí cuando hay que buscar un cabeza de turco, es el que paga el pato en todos los errores, es el que no está invitado a ninguna comida y sólo le hablan las mujeres (menos atractivas) de la empresa. Creo que bastarán estas pistas para calarlo. Ojo: la palabra es "esquivar".

Ejemplo de escollo nº 2: ¿quién es el jefe aquí? Suele ocurrir que en la Administración muchos puestos directivos son de libre designación, esto significa que no hay que tener un doctorado para ser director gerente o subdirector provincial, y el novato puede encontrarse con que el tipo más cazurro de la máquina de café es El Jefe Supremo. ¿Cómo reconocerlo? Usemos la deducción: el Jefe Supremo (casi) siempre lleva corbata, el Jefe Supremo nunca paga el café, el Jefe supremo entra y todo el mundo se calla o cambia de conversación, el Jefe Supremo siempre está de buen humor cuando no está en su despacho... Si con estas pistas el funcionario novato no consigue reconocer al enemigo superior puede estar seguro de que estatus de novato durará mucho más que su periodo de prueba.

Ejemplo de escollo nº 3: ¿quién es el pelota aquí? Suele ocurrir que, junto a un cargo directivo, siempre hay un pelota, un subordinado tanto o más abajo que tú en el escalafón, que siempre está junto al Jefe Supremo. Este individuo vive realmente el estatus de jefecillo sólo por acudir a las reuniones a las que le llama el Jefe Supremo y goza también del privilegio del respeto (obligado) de los demás, ya que es importante no criticar en su presencia al Jefe Supremo, por lo que debemos identificarlo cuanto antes mejor.

Ejemplo de escollo nº 4: ¿quién es la putilla aquí? Suele ocurrir que, entre los personajes que dan color a cada organismo oficial, existe siempre una funcionaria, secretaria o jefa, cuya fama de casquivana o facilona traspasa la frontera de las conversaciones maliciosas y se afianza como hecho datable y constatable. Este personaje se puede identificar por su capacidad para rozar a todas las personas de distinto sexo presentes en una misma conversación, por llevar ropa excesivamente ceñida (si supera los 40) o llegar o salir del trabajo cada día acompañada de un tío distinto. Ojo: es importante identificarla plenamente, no vaya a ser que La Putilla sea la misma persona que El Pelota o El Jefe Supremo, con los consiguientes riesgos.

Como siempre, dejamos la puerta abierta porque existen muchos más tipos peligrosos alrededor de nuestras mesas pero ¿no es esto acaso una aventura?

3 comentarios:

Félix Amador dijo...

Ay, que las apariencias engañan y como uno confunda los personajes.....

S. dijo...

donde andurreas

Funcionario's blog dijo...

Cómo controlas la fauna que pulula por las administraciones. De todos modos, yo incluiría un par más de arquetipos funcionariales:

1) El "mina". Este es uno que ha tenido que reincorporarse a su puestucho funcionarial tras un cambio de color político (sí, es el "después" de los Jefes Supremos). Suele poner todo tipo de problemas y suele utilizar todo tipo de artimañas para que el trabajo no salga adelante. ¿Cómo reconocerlo, si uno entra nuevo? Primero, por la cara de amargado. Segundo, porque siempre critica al nuevo jefe supremo y, tercero, porque ha estado en "servicios especiales" durante 4 años y ahora cobra más que tú por el "nivel 33".

2) La "cotilla". Esto, más que un cargo unipersonal, es una institución, ya que va por rebaños o manadas. Se juntan 2 ó más féminas de un determinado Departamento y se ponen a criticar a todos y a todos. Pueden ser "minas" o no, aunque si son "minas" dejan de criticar inmediatamente que cambia el color político dominante.

Por cierto, Edu, muchas felicidades. Que más quisiera yo que una guapa mujer con un nombre tan sugerente como Jackeline me invitase a contactar con ella.

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